Dimite el consejero de Industria de la Xunta
La dimisión del conselleiro de Industria y Energía, Juan Manuel de la Fuente, ha agravado el alcance de la llamada crisis dos cartos, la más grave de las que han sacudido hasta ahora al Gobierno autónomo gallego y que tuvo su primer episodio con la baja voluntaria del vicepresidente económico, Carlos Mella.Un rasgo específico de la crisis actualmente abierta en la Xunta es que por vez primera ha sido seriamente cuestionada la figura del presidente, Gerardo Fernández Albor, que, tras mostrar un inicial respaldo a los proyectos económicos de Mella, parece haber perdido el ...
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La dimisión del conselleiro de Industria y Energía, Juan Manuel de la Fuente, ha agravado el alcance de la llamada crisis dos cartos, la más grave de las que han sacudido hasta ahora al Gobierno autónomo gallego y que tuvo su primer episodio con la baja voluntaria del vicepresidente económico, Carlos Mella.Un rasgo específico de la crisis actualmente abierta en la Xunta es que por vez primera ha sido seriamente cuestionada la figura del presidente, Gerardo Fernández Albor, que, tras mostrar un inicial respaldo a los proyectos económicos de Mella, parece haber perdido el timón gubernamental, aceptando tácitamente las tesis del otro hombre fuerte del Gabinete, Xosé Luis Barreiro, vicepresidente político, portavoz del Gobierno en el Parlamento autónomo y secretario general de Alianza Popular en Galicia. Sectores de la oposición han llegado a plantear públicamente la necesidad de un Gobierno de salvación autonómica para salvaguardar el prestigio de las instituciones.
La opinión pública gallega asiste con cierto asombro al desarrollo de este episodio, desencadenado por el futuro destino de un dinero aún no ingresado en las arcas autonómicas, los 12.000 millones de pesetas que la Administración central ha reconocido como insuficiencias en la valoración de transferencias. Frente al plan económico de Mella, orientado a la renovación del equipamiento industrial de Galicia y a la potenciación de mecanismos financieros como el Instituto de Crédito Oficial Gallego, ha prevalecido el criterio de redistribuir los fondos entre las distintas consejerías.