Tribuna:

La elipse

12 lunes

Hans Magnus Enzensberger, el nombre más brillante de la literatura alemana actual, en la poesía, el ensayo y la sátira, dice en su último libro, Politische Brosamen (Herralde/Anagrama): "La observancia absoluta de las reglas de tráfico nos llevaría a la paralización del tráfico". Se defiende aquí la anarquía/entropía. Del mismo modo, mi admirado amigo don Gonzalo de Borbón, con quien he compartido algunos wiskies en casa de Pilar Trenas, es el Borbón atípico/entrápico que nos alivia de la brillantez histórica de los últimos Borbones (Don Juan, Don Juan Carlos), casán...

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12 lunes

Hans Magnus Enzensberger, el nombre más brillante de la literatura alemana actual, en la poesía, el ensayo y la sátira, dice en su último libro, Politische Brosamen (Herralde/Anagrama): "La observancia absoluta de las reglas de tráfico nos llevaría a la paralización del tráfico". Se defiende aquí la anarquía/entropía. Del mismo modo, mi admirado amigo don Gonzalo de Borbón, con quien he compartido algunos wiskies en casa de Pilar Trenas, es el Borbón atípico/entrápico que nos alivia de la brillantez histórica de los últimos Borbones (Don Juan, Don Juan Carlos), casándose/descasándose, y ahora con una modelo adorablemente delgada. Hale, don Gonzalo, y que no se pare el tráfico.

13 martes

Cena con los Duques de Alba, Pitita y Mike, Areilza y señora (José María me hace la mejor crítica verbal a mí último libro), José María Stampa (casos Tejero/Urquijo) y más gente. Cayetana me dice que es cierto lo que he escrito en mis memorias de que, a ella, el chal se le cae, y además parece que le ha hecho gracia. Son los inforturtios de la virtud o las desventajas del poder: ella no puede presumir de una colección de chales ni de nada, como otras damas. A ella se le supone todo. Y entonces explica, sencillamente, que a ella "el chal se le cae". Cosa que además es verdad, porque los chales se caen mucho. El duque parece que anda preocupado con la terminación de la Almudena y yo le propongo volar la Almudena, que es detestable y no se acaba nunca, y, en un deslumbrante alarde de centralismo, traernos a Madrid la catedral de León, con las piedras numeradas, como hacen los yanquis, para montarla en la Plaza de la Paja o así. Aunque uno sigue pensando (y lo sostengo en algún libro) que la catedral natural que Madrid no tiene es el Museo del Prado, con más y mejor pintura religiosa que cualquier catedral, y que sólo haría falta echarle la bendición al Museo y poner una cruz encima. El recinto que alberga el Cristo "hegeliano" de Velázquez, tan rezado/visitado por Unamuno, que le hizo aquel largo poema, es la catedral natural de Madrid, insisto, y además la más visitada. La Almudena está entre arquitectura jesuita moderna" (qué antiguo lo moderno) y construcción infantil de plastilina. ¿Vale la pena acabar eso?

14 miércoles

José Luis Gómez, que acogió con desgana Las bicicletas son para el verano, de Fernán-Gómez, porque era una obra costumbrista y madrileña, que la estrenó por compromiso -hay que estrenar los premios "Lope de Vega"- y se la dio a un director brillante, pero no idóneo, José Carlos Plaza, nos trae luego el costumbrismo vienés de las Leyendas de los bosques de Viena, un muermo que añade a la lentitud del humor alemán o austro/húngaro, la torpidez o el tardor (como dicen los catalanes, con maravillosa palabra), la ineptitud de la versión castellana. Preferimos un Amiches a toda pistola. O un Buero o un Gala, por supuesto. Al gran hombre de teatro que es Gómez, forjado en Alemanía, le sobra precisamente Alemania. Me salí en el entreacto.

15 jueves

Ramoncín presenta en la SGAE su última producción, Ramoncinco. El rock vallecano sube así las escaleras modernistas de la capilla sagrada/sixtina de la zarzuela, el género chico y otros maestros Moraleda. Una vaga y dulce agresividad de cueros y cremalleras moviéndose por sobre las alfombras nútológicas, y el maderamen con señorío. Ramón ha cambiado el anillo de su oreja por un diamante. Viene de negro-ceñido, postmoderno y penúltimo. Nos damos un gran abrazo. Sigue ensayando desde el alba su rock desesperado en los jardines nevados de Ciudad Lineal. El grito suburbial y madrileño (no hay otra luna de Madrid que la que él tiene en las manos) se extiende ahora por los despachos de la SGAE, que un día fueran de Calvo Sotelo, de Ruiz Iriarte y así. En la copa me besan Charo López, las Polakov, una Garrigues de la tercera generación y algunos troncos de los viejos y buenos tiempos de Legazpi/mercado.

17 sábado

Carta a Madame Ordody, de Hachette, París, autorizándole a reproducir unas cosas mías. Carta a Gonzalo Pontón, autorizando a Grijalbo para reproducir otros textos míos. Vienen de la Editorial Anaya a hacerme fotos para sus textos de COU, BUP y todo eso. Me piden que salga metiendo un libro en la librería. Todo muy original. La posteridad es un tópico. Ni siquiera me afeito para estas fotos, ya anunciadas. Que los escolares tengan de mí una iconografía carcelaria. Eso vende. El árbol añoso de mi amada Catalunya -Carola/Carola-, reverdece en primavera de talones bancarios. Té con Esperanza Alonso: "Me voy a provincias, Umbral, a poner a los clásicos con Carlos Ballesteros. El teatro de Madrid es burocracia. Nuestros clásicos hicieron un teatro rural y nuestros rústicos lo entienden muy bien, todavía".

18 domingo

Flashes/skects para el próximo musical de Alfonso del Real/Carmen Platero. Más Julio Abatar. Primeras prosas de mi Diccionario inútil. Hay que conseguir aquí un ultrahumor más allá, incluso, del humor que conseguíamos -Carlos Luis, Vicent, Chumy, todos- en Hermano Lobo. Cristino de Vera, canario lleno de entrañabilidad, pintor entre Zurbarán y Juan Gris, me espera en su Rastro eterno y harapiento. A uno, el Rastro, le tiene ya entre la fascinación y el asco. Es el Museo del Prado patas arriba. Como el Museo, si pasase por él la Revolución pendiente, sería un Rastro de Grecos y Boscos. Mi última pasada por el Rastro me costó una Virgen románica y preñada (seguramente falsa) de un millón de pesetas. O sea que gran cuidado con la carestía de la pobreza. Las agencias de publicidad están expulsando creativos, por la crisis, pero cada día vemos más anuncios en la tele, las vacas y la Prensa. Parece que los números rojos (inventados) son buena coartada para despedir sin indemnizar. ¿Está usted al loro, señor Boyer? He ahí otro fraude contra la democracia. Y contra el socialismo. Lo que dice Enzensberger: que, cumpliendo las leyes de tráfico se para el tráfico.

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