Aumenta la tensión con Francia mientras el Gobierno recibe a Pierre Mauroy en Madrid

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La tensión entre España y Francia a raíz del ametrallamiento de un pesquero español por parte de un buque de guerra francés se incrementó ayer notablemente con la llegada a Madrid del primer ministro del país vecino, Pierre Mauroy, y el duro enfrentamiento mantenido en Luxemburgo entre el vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, y el primer secretario del Partido Socialista francés, Lionel Jospin. Jóvenes estudiantes de extrema derecha lanzaron piedras, huevos y excrementos contra la Embajada francesa en Madrid, mientras partidos políticos y organizaciones de diverso tipo protestaron por la presencia en España de Mauroy, a quien Felipe González exigirá hoy "explicaciones concretas" sobre el incidente durante la entrevista que mantendrán a mediodía en el palacio de la Moncloa.

Carlos Garaikoetxea pide poder político "que nos permita responder por nosotros mismos"

Mauroy, que viajó a Madrid en calidad de alcalde de Lille para asistir a una reunión de la Federación Mundial de Ciudades Hermanadas, se negó a hacer declaraciones hasta su entrevista este mediodía en la Moncloa con González.En Luxemburgo, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, mantuvo un duro enfrentamiento con los socialistas franceses, a los que dijo que "los problemas de la pesca no se resuelven con fusilamientos", hizo una alusión al célebre cuadro de Goya, y acusó a Francia de utilizar los métodos del líder libio Muamar el Gadafi.

La estancia de Mauroy en España, invitado por el alcalde de Madrid, estuvo rodeada durante toda la jornada de fuertes medidas de seguridad.

Mientras, en Francia, la Prensa, aunque matizando en algunos casos lo exagerado del ametrallamiento de los barcos españoles, apoya las tesis del Gobierno de París.

En Ondárroa, puerto base de los pesqueros ametrallados, la población protagonizó ayer un paro generalizado y diversas manifestaciones de protesta por la agresión francesa, en las que se gritó: "Franceses asesinos no nos moverán". El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, pidió un poder político "que nos permita responder por nosotros mismos".

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Editorial en la página 8

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