Cartas al director

La huelga del Metro

El editorial de EL PAIS del pasado 28 de febrero sobre la huelga del Metro me parece lamentable e injusto; en este país la huelga es un derecho constitucional y, sin embargo, desde que se reguló por decreto, en marzo de 1977, a la hora de ejercer este derecho los trabajadores tenemos que vencer resistencias de todo tipo.Antes del Metro han sido muchas las grandes empresas que han impuesto, por la vía de la amenaza de sanciones, unos servicios mínimos, que en la realidad eran máximos, y que en la práctica han ido consiguiendo que el derecho de huelga para estos sectores (precisamente los de may...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El editorial de EL PAIS del pasado 28 de febrero sobre la huelga del Metro me parece lamentable e injusto; en este país la huelga es un derecho constitucional y, sin embargo, desde que se reguló por decreto, en marzo de 1977, a la hora de ejercer este derecho los trabajadores tenemos que vencer resistencias de todo tipo.Antes del Metro han sido muchas las grandes empresas que han impuesto, por la vía de la amenaza de sanciones, unos servicios mínimos, que en la realidad eran máximos, y que en la práctica han ido consiguiendo que el derecho de huelga para estos sectores (precisamente los de mayor conciencia y organización sindical) sea sólo retórica, y ello haciendo caso omiso a la Constitución y a lo dispuesto en la sentencia del Tribunal Constitucional, que, en abril de 1981, sentenció la obligación del empresario de negociar con el comité de huelga la composición y número de los servicios mínimos.

Más información

Por tanto, la responsabilidad de lo ocurrido en. el Metro recae exclusivamente en la dirección de esta empresa, que en vez de hacer una propuesta razonable, que hicieran posibles estos servicios mínimos, se ha obstinado en nombrar a 1.500 trabajadores para tener cubiertas las horas de mayor afluencia y así convertir la huelga en una huelguilla.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La decisión del señor Barón de tratar a los trabajadores como si fueran delincuentes no sorprende nada, después de ver el comportamiento del Gobierno socialista en temas como la reconversión, topes salariales, reforma de la Seguridad Social, etcétera. Si bien tendrá de novedoso que el Gobierno del PSOE se arroga el papel de acusador de los trabajadores.

Finalmente, resulta sorprendente que EL PAIS, que tan válidamente ha defendido en otras ocasiones las libertades, no haya hecho en esta ocasión lo propio, si bien los trabajadores nos vamos acostumbrando ante la posición de este periódico en asuntos económicos y laborales, que, en los últimos tiempos, se muestra firme defensor de las teorías liberales de los señores; Boyer y Solchaga, sin tener en cuenta las consecuencias sociales de: éstas. /

Archivado En