Violencia terrorista en el País Vasco y en el sur de Francia

La policía española detiene en Irún a los supuestos autores del asesinato de un francés en Hendaya

Un trabajador francés, Jean Pierre Leiba, sobrino del dueño del bar Hendayais y empleado de una empresa contratada para el servicio de mantenimiento de la estación de ferrocarril de Hendaya, fue asesinado ayer, a las 8.05 horas, cuando se disponía a incorporarse a su trabajo. Los supuestos asesinos huyeron a pie, perseguidos de cerca por compañeros de la víctima, y al menos dos de ellos cruzaron la frontera, situada a pocos centenares de metros del lugar del atentado, y fueron detenidos por la policía española tras burlar el control fronterizo francés. La policía detuvo a continuación a otras ...

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Un trabajador francés, Jean Pierre Leiba, sobrino del dueño del bar Hendayais y empleado de una empresa contratada para el servicio de mantenimiento de la estación de ferrocarril de Hendaya, fue asesinado ayer, a las 8.05 horas, cuando se disponía a incorporarse a su trabajo. Los supuestos asesinos huyeron a pie, perseguidos de cerca por compañeros de la víctima, y al menos dos de ellos cruzaron la frontera, situada a pocos centenares de metros del lugar del atentado, y fueron detenidos por la policía española tras burlar el control fronterizo francés. La policía detuvo a continuación a otras dos personas más, también españolas. Los cuatro se encuentran sometidas a la legislación antiterrorista bajo la acusación de estar relacionadas con el mismo grupo autor del asesinato.

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Anoche, fuentes policiales mantenían un absoluto silencio sobre la posible pertenencia o no de los detenidos a los autodenominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Por su parte, en medios políticos vascos, y entre los refugiados en el sur de Francia, se tenía la impresión de que el atentado ha sido obra de los GAL, que debieron de confundir a Jean Pierre Leiba con alguno de los refugiados vascos, empleados de esa misma empresa, que trabajan en la estación de Hendaya.Precisamente, en el momento de caer abatido de un disparo en el corazón, realizado a quemarropa, la víctima, de 29 años de edad, soltero, natural de Sokoa, seguía los pasos de tres refugiados vascos que, igual que él, acababan de colocarse el casco y la ropa de faena en los vestuarios de la empresa Tranfesa y se dirigían a su puesto de trabajo.

Otras interpretaciones recogidas en medios políticos del País Vasco francés atribuyen a los asesinos la intención de atemorizar al sector de la población que por una u otra razón se relaciona habitualmente con los refugiados vascos.

Entre los detenidos se encuentran Mariano Moraleda Muñoz y Daniel Fernández, Dany. La pistola ocupada a Mariano Moraleda Muñoz es la misma, según fuentes policiales, con la que se disparó al trabajador vecino de Hendaya. La descripción de ese detenido: 1,80 de altura, vestido con una cazadora de color rojo, de complexión fuerte y moreno, coincide, por otra parte, con las características del autor del atentado suministradas por los compañeros de la víctima, uno de los cuales logró dar alcance al asesino, pero se vio obligado a abandonar la persecución al verse apuntado por éste.

Los cuatro detenidos, cuyas edades oscilan, al parecer, entre los 24 y 26 años, residen en Irún desde hace algún tiempo. Uno de ellos fue detenido en dos ocasiones como autor de sendos delitos de robo, cometidos en esa misma ciudad, y otro fue detenido en Barcelona como sospechoso de un delito no probado. Sus documentos nacionales de identidad les asignan las profesiones de camarero y administrativo. Los antecedentes penales de algunos de los detenidos y el historial del ex legionario Pedro Sánchez, presunto miembro de los GAL recluido en la prisión de Bayona, avalan la hipótesis de que ese grupo terrorista -en el caso de que se confirmara su autoría en el atentado de ayer- pudiera estar formado por delincuentes comunes a sueldo.

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La policía francesa, que asigna a los GAL un alto nivel de eficacia y profesionalidad criminal, no creyó en un principio que los autores del atentado pudieran pertenecer a esa organización. La reacción de los compañeros de la víctima y las características del lugar del asesinato, un entramado de raíles que dificulta la huida en coche, obligó a los asesinos a intentar cruzar la frontera.

Uno de los delincuentes, que amenazó repetidamente con la pistola a sus perseguidores, aminoró el paso y se guardó su arma al llegar a la línea fronteriza, en el denominado Puente Viejo. El otro huyó por el puente de Santiago, y al parecer saltó la valla de la aduana francesa y fue inmediatamente detenido por la policía española.

Varios centenares de ciudadanos vascofranceses y un grupo de refugiados se manifestaron ayer tarde en Bayona para protestar por el asesinato de Jean Pierre Leiba. Posteriormente, un grupo de manifestantes se dirigió hacia el Consulado de España en Hendaya gritando consignas contra los Gobiernos de España y de Francia.

"La muerte de Jean Pierre Leiba es el asesinato de un inocente", manifestó Raphael Lassalette, alcalde de Hendaya, socialista, ante un centenar de trabajadores del ferrocarril y de refugiados, que se congregaron a la una de la tarde ante la estación de Hendaya.

Una probable equivocación

El propietario del bar Hendayais, tío de Jean Pierre Leiba, indicó que el joven no frecuentaba los ambientes de refugiados y que sus amigos son ciudadanos franceses que no manifiestan simpatía alguna, con la causa de ETA o de Iparretarrak. "Sólo puede ser una equivocación, porque la vida de Jean Pierre discurría entre el trabajo y su casa, y ni siquiera le gustaba ir por los bares. Trabajaba en la estación desde hace un año", manifestó el tío de la víctima, cuyo establecimiento fue ametrallado en noviembre de 1980 por varios individuos.

En aquella ocasión, los autores del atentado, en el que murieron dos personas y 10 resultaron heridas, cruzaron precipitadamente la aduana francesa y se entregaron a la policía española. Aquel atentado fue reivindicado posteriormente por el Batallón Vasco Español. La justicia francesa solicitó en repetidas ocasiones la comparecencia del comisario Manuel Ballesteros, responsable de la acción antiterrorista de la policía española, para que aportara, si ello era posible, la identidad de los autores del atentado.

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