Una sentencia judicial dictada en Castellón reconoce las deficiencias del sistema penitenciario

El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Castellón ha procedido a la absolución del sindicalista de CC OO Ramón Puig, para quien el ministerio fiscal solicitaba un mes (le arresto, 25.000 pesetas de multa y el pago de 100.000 pesetas deinclemniz ación por el contenido de una carta al director publicada en el diario Mediterráneo, de esta ciudad, en la que se denunciaban las condiciones de vida en la prisión provincial de Castellón.En la carta se acusaba. a un funcionario de la prisión de: "tendencias homosexuales e intentos de abusos sexuales", denunciando asimismo que "se daba...

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El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Castellón ha procedido a la absolución del sindicalista de CC OO Ramón Puig, para quien el ministerio fiscal solicitaba un mes (le arresto, 25.000 pesetas de multa y el pago de 100.000 pesetas deinclemniz ación por el contenido de una carta al director publicada en el diario Mediterráneo, de esta ciudad, en la que se denunciaban las condiciones de vida en la prisión provincial de Castellón.En la carta se acusaba. a un funcionario de la prisión de: "tendencias homosexuales e intentos de abusos sexuales", denunciando asimismo que "se daban palizas a los presos, se les maltrataba, se les humillaba hasta lo más hondo del corazón y se les transformaba en bestias dedicadas al delito y a la desesperación". Finalmente, el artículo en cuestión señalaba que en la prisión provincial "viven como bestias, mal alimentados, en medio de la brutalidad e insalubridad y con un tratamiento humillante".

La sentencia recoge toda una crítica a las condiciones penitenciarias, al afirmar el magistrado juez, refiriéndose al término "tratamiento humillante", utilizado en la carta de Ramón Puig, que "entendemos que lo que humilla al preso no son los funcionarios en sí, sino la propia prisión y sus condiciones, de la que forman parte los funcionarios, como lo forman las celdas donde han de convivir sin intimidad alguna con otros presos, los servicios en general inadecuádos que todas las grandes prisiones antiguas del país tienen, etcétera, e infinidad de otros pequeños detalles que en esas condiciones se agrandan y hacen que el ser humano que allí ha de estar se sienta empequeñecido y humillado; y digo conscientemente", continúa la sentencia, "ser humano y no preso porque no me extrañaría nada que los funcionarios que tienen que convivir en ese ambiente día a día se sientan igualmente rebajados, olvidados y menospreciados por la sociedad que.se sirve de ellos, y que precisan, como personas y profesionales que son, sentirse útiles y respetados por esta sociedad y realizados como tales profesionales".

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