La clínica de la Concepción

En un artículo publicado en EL PAÍS el 25 de noviembre de 1983, el doctor Varela Uña, comentando la problemática que plantea la supervivencia de la madrileña clínica de la Concepción, alude, como único ejemplo previo de labor docente cumplida en centro asistencial no universitario a la Casa de Salud Valdecilla. Sobre ello considero conveniente precisar que ensayo más ambicioso, y en bastantes años anterior, pues se remonta a 1918, fue realizado por el doctor Areilza en el hospital Basurto de Bilbao, con la particularidad de que en él se dispensaron desde tal fec4a enseñanzas clínicas del perío...

En un artículo publicado en EL PAÍS el 25 de noviembre de 1983, el doctor Varela Uña, comentando la problemática que plantea la supervivencia de la madrileña clínica de la Concepción, alude, como único ejemplo previo de labor docente cumplida en centro asistencial no universitario a la Casa de Salud Valdecilla. Sobre ello considero conveniente precisar que ensayo más ambicioso, y en bastantes años anterior, pues se remonta a 1918, fue realizado por el doctor Areilza en el hospital Basurto de Bilbao, con la particularidad de que en él se dispensaron desde tal fec4a enseñanzas clínicas del período de licenciatura. Para el mantenimiento de aquella labor docente, única en España, el político don Indalecio Prieto consiguió de la Administración una subvención anual (hay que recordar que era en 1918) de 30.000 pesetas. El centro de formación pregraduada de Basurto se convertiría en los años treinta en escuela de posgraduados (con sistema de formación equivalente al actual MIR). La historia de aquella singular empresa se narra en el último capítulo de la obra Historia del Hospital de Basurto, realizada por quien firma esta carta, con la colaboración del doctor José Luis Goti Iturriaga, de inminente aparición. /presidente de la Real Academia de Medicina de