Reportaje:Animales

La sombra de la cola

La limpia, vivaz, gentil y trabajadora ardilla, en cautividad

Generalmente, los humanos sentimos aversión por los roedores. Hay algo, que no es miedo, que nos hace apartarnos de la mayoría de los animalillos agrupados en ese orden y casi podríamos afirmar que la excepción es la ardilla. No obstante algunas cualidades desagradables, se la ha aceptado en domesticidad y desde hace muchos cientos de años se pueden observar ejemplares en algunos de nuestros bosques y aun en los más cuidados jardines. Los griegos la llamaron ardilla y significa "el que se hace sombra con la cola". Vive en casi toda Europa, el Asia superior y la cuenca del Mediterráneo.Buffon, ...

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Generalmente, los humanos sentimos aversión por los roedores. Hay algo, que no es miedo, que nos hace apartarnos de la mayoría de los animalillos agrupados en ese orden y casi podríamos afirmar que la excepción es la ardilla. No obstante algunas cualidades desagradables, se la ha aceptado en domesticidad y desde hace muchos cientos de años se pueden observar ejemplares en algunos de nuestros bosques y aun en los más cuidados jardines. Los griegos la llamaron ardilla y significa "el que se hace sombra con la cola". Vive en casi toda Europa, el Asia superior y la cuenca del Mediterráneo.Buffon, el célebre escritor y naturalista francés (1707-1788) anotó que: "La ardilla es un precioso animalillo gentil, dócil e inocente que merece protección. No es carnicero ni hace daño, aunque a veces capture pájaros, ya que su alimento habitualmente consiste en algunas frutas, almendras, avellanas y bellotas; es muy limpio, vivo y trabajador; tiene los ojos llenos de luz y su aspecto, de cuerpo ágil y miembros muy bien proporcionados, sumamente bello con su magnífica cola en forma de penacho que levanta por encima de la cabeza. Es menos cuadrúpedo que el resto de los animales de esta clase, levantándose sobre las patas traseras casi todo el tiempo, mientras con las manos lleva la comida a la boca. No vive en cuevas, sino al aire libre, que gusta recorrer acompañando a las aves, habitando en las copas de los árboles. Bebe el rocío y no se acerca a los lugares que el hombre ocupa. Prefiere la tierra al agua y cuando ha de atravesar un riachuelo se sirve de la corteza de alguna rama, haciendo que la cola le valga como vela, etcétera".

Corretear en casa

La ardilla en cautividad se adapta perfectamente a la vida familiar y aun cuando casi siempre pasa los primeros días en una jaula, la verdad es que pronto puede ser vista correteando en semilibertad por toda la casa. Lo mejor es hacernos con el animal cuando todavía es muy joven y así se acostumbra con mayor facilidad. Como alimento en esos primeros días puede suministrárseles algo de leche y un poco de harina hasta que puede consumir semillas.

A la ardilla le es necesario gastar sus incisivos, que crecen continuamente. Para facilitarle la operación se les suele proporcionar nueces, piñas de abeto o simples bolas de madera con las que juegan a roer, mirando de manera incesante alrededor. Si se les da como parte de su alimento algunas almendras, ha de cuidarse que sean dulces, ya que las amargas son un activo veneno. Le agrada el pan empapado en leche dulce, los pasteles de hojaldre y, en general, las golosinas.

Nos es fácil que se reproduzca en cautividad, pero sí en los jardines. En las zonas septentrionales, la época de celo coincide con la primavera, y en las meridionales ocurre en dos períodos: entre enero y abril y entre mayo y agosto. La gestación dura alrededor de los 46 días y las camadas que nacen proporcionan entre una y seis crías, siendo el número más común el de cuatro. Nacen desnudas de pelo y ciegas, maman de siete a 10 semanas y luego, progresivamente, van siendo apartadas por los padres, que consideran ya llegado el momento de comenzar a vivir por su cuenta. Esto se refiere a la ardilla roja, porque en el tipo gris el apareamiento se produce desde enero hasta agosto; la gestación dura 44 días y suelen nacer dos camadas al año.

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