Cartas al director

Dioses y demonios

Según el mandatario de un poderoso país de Occidente, hay que considerar a la Unión Soviética como al demonio, cuyas maldades son causa de los graves problemas que agitan a los países de la Tierra.Un breve asomo a la historia nos llevará a comprobar en seguida que no se puede imputar al Estado soviético -que cuenta con apenas seis décadas de existencia- los problemas que afligen al mundo, sino más bien a la vieja y tradicional sociedad de todos los tiempos. Desde la era medieval hasta nuestros días. Pues desde que las clases dominantes establecieron su poder sobre los demás, a ba...

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Según el mandatario de un poderoso país de Occidente, hay que considerar a la Unión Soviética como al demonio, cuyas maldades son causa de los graves problemas que agitan a los países de la Tierra.Un breve asomo a la historia nos llevará a comprobar en seguida que no se puede imputar al Estado soviético -que cuenta con apenas seis décadas de existencia- los problemas que afligen al mundo, sino más bien a la vieja y tradicional sociedad de todos los tiempos. Desde la era medieval hasta nuestros días. Pues desde que las clases dominantes establecieron su poder sobre los demás, a base del engaño y de la fuerza bruta, jamás han dejado de sojuzgar y defender por todos los medios sus privilegios de clase. ¡Cuántos crímenes, atropellos e injusticias ocasionados por la ambición de poder, gloria o riquezas!

Creo que ha llegado la hora de que el corazón y la razón se ínipongan, rectificando por medios pacíficos el rumbo de la sociedad, dejando de jugar al peligroso juego de buenos y malos, así como a la filosofía de dioses y demonios.

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No veamos al demonio y al enemigo en nuestro semejante, sino que busquémosle dentro de nosotros mismos, expulsándole de una vez y para siempre, antes de que sea demasiado tarde. Pues, de continuar con la trayectoria que seguimos, ni dioses ni demonios nos librarán de perecer en el más espantoso de los infiernos. /

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