El acuerdo sobre frutas y hortalizas desbloquea la negociación con España

El triunfo de las tesis francesas añade nuevos problemas a nuestra integración en la CEE

Francia impuso de nuevo ayer sus tesis y condiciones para la integración de España en el Mercado Común, en un afán por proteger. su producción de frutas y hortalizas frente a la competencia que similares productos españoles representan, y en medio de una campaña electoral para no perder los votos del Midi francés. Italia y Grecia apoyaron a Francia en la aprobación del reglamento hortofrutícola, aunque no presionaron, de momento, para conseguir lo mismo para el aceite de oliva. Al menos, eso parece desprenderse de una primera lectura de la decisión de los ministros de Agricultura de los diez, ...

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Francia impuso de nuevo ayer sus tesis y condiciones para la integración de España en el Mercado Común, en un afán por proteger. su producción de frutas y hortalizas frente a la competencia que similares productos españoles representan, y en medio de una campaña electoral para no perder los votos del Midi francés. Italia y Grecia apoyaron a Francia en la aprobación del reglamento hortofrutícola, aunque no presionaron, de momento, para conseguir lo mismo para el aceite de oliva. Al menos, eso parece desprenderse de una primera lectura de la decisión de los ministros de Agricultura de los diez, que terminaron a las cinco de la madrugada de ayer una sesión maratoniana en Luxemburgo.

El Gobierno español, salvo una impresión optimista de primera hora, adoptó al final de la jornada una actitud de cautela y de expectativa hasta conocer con todo detalle lo acordado por los ministros de Agricultura comunitarios. Entre otras razones, porque la aprobación del reglamento supone que desde el momento que España empiece la negociación, los productos agrícolas nacionales serán gravados entre un 8% y un 20%, y el período transitorio puede alargarse muchos más años de los que desea Madrid.En realidad, la respuesta negativa fue anticipada por el presidente del Gobierno, Felipe González, durante el fin de semana en Atenas, donde las conversaciones mantenidas con Mauroy, Craxi y Papandreu le hicieron declarar que "su Gobierno no aceptaría las condiciones discriminatorias que impondría el reglamento hortofrutícola, si se aprobaba antes de que España estuviera dentro del Mercado Común".

Una vez conseguida la protección de los precios y de los productos franceses, España podrá empezar a negociar su capítulo agrícola, pero, como manifestó ayer en Luxemburgo el ministro francés de Agricultura, Michel Rocard, "la ampliación no se hará sacrificando los intereses de los agricultores".

Aunque ahora los productos mediterráneos gozan de la misma protección que la carne y la mantequilla de los países comunitarios del Norte, la obsesión francesa por pedudicar los intereses españoles no ha pasado inadvertida para las autoridades españolas, y en especial para el presidente del Gobierno, Felipe González, que hace sólo unas horas hacía un llamamiento, junto con su colega portugués, Mario Soares, a la "solidaridad socialista del sur de Europa".

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Editorial en la página 8

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