Los monopolios de televisión están desfasados y no favorecen el pluralismo, según defensores de cadenas privadas

Los monopolios estatales en la gestión exclusiva de la televisión están periclitados a causa de los avances tecnológicos en radiodifusión directa por satélite y en el servicio de emisoras por cable que amplían y diversifican las ofertas tradicionales de la pequeña pantalla. La regulación de televisiones privadas por parte de los poderes políticos parece inevitable si se considera que la experiencia de las emisoras públicas occidentales, excluida la BBC, demuestra que no han garantizado el pluralismo político y social debido a la dependencia y presiones del Gobierno y partidos políticos esp...

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Los monopolios estatales en la gestión exclusiva de la televisión están periclitados a causa de los avances tecnológicos en radiodifusión directa por satélite y en el servicio de emisoras por cable que amplían y diversifican las ofertas tradicionales de la pequeña pantalla. La regulación de televisiones privadas por parte de los poderes políticos parece inevitable si se considera que la experiencia de las emisoras públicas occidentales, excluida la BBC, demuestra que no han garantizado el pluralismo político y social debido a la dependencia y presiones del Gobierno y partidos políticos especialmente.Éstas pueden ser, en términos generales, las conclusiones a que llegará el medio centenar de especialistas y profesionales que debaten en Palma de Mallorca una serie de ponencias en torno al tema Opinión pública y televisión en una sociedad pluralista, en las jornadas organizadas por la Fundación Konrad Adenauer.

Al margen de que estas conclusiones sean correctas y se ajusten o no a la realidad, hay dos hechos que las facilitan: la absoluta mayoría de invitados por la Fundación Konrad Adenauer -entidad de la República Federal de Alemania (RFA) que se autodefine "independiente" y "ligada a los principios del movimiento demócrata-cristiano"- son profesionales de los medios, políticos y juristas partidarios de la televisión privada. En segundo lugar, la defensa que de la televisión pública y del programa socialista en esta compleja materia hizo uno de los escasos defensores presentes en las jornadas, el socialista catalán Eugeni Girall (vocal del Consejo de Administración de RTVE), careció de rigor jurídico y técnico.

Otro importante dirigente socialista de RTVE, Ramón Gómez Redondo, director de programas de TVE, renunció a participar en estas jornadas.

La fundación encargó la organización de estas jornadas a dos de sus asesores: Eugenio Nasarre, ex director general de RTVE y a José Ignacio Wert, concejal del Ayuntamiento de Madrid y miembro del Partido Demócrata Popular y ex consejero de RTVE por el grupo centrista en la anterior legislatura.

Así las cosas, el ponente Alejandro Muñoz Alonso, consejero-secretario del Grupo Editorial 16, abrió el jueves por la tarde las jornadas con afirmaciones rotundas contra el sistema único de televisión. "El monopolio", dijo, "nada tiene que hacer en la televisión del mañana, pues hoy mismo es ya una antigualla superviviente de un pasado cada vez más remoto". Muñoz Alonso resumió las declaraciones de todos los ponentes que intervinieron el primer día con estas conclusiones: "En las televisiones explotadas en régimen de monopolio existe una gran dificultad para establecer el derecho de acceso de las fuerzas o grupos sociales, e incluso para determinar qué colectivos o entidades tienen derecho a ese acceso a las emisoras públicas de televisión, y en segundo lugar, la politización y dependencia del Gobierno y partidos políticos son una tendencia y tentación inevitables en los sistemas de monopolio, que romperán los avances tecnológicos. Nadie replicó a Muñoz Alonso. Intervinieron junto a él, en la primera sesión, Ignacio Briones, vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. (CEOE); el sacerdote José María Martín Patino; Carlos Sánchez Reyes, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y Dieter Weirich, periodista portavoz de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el Parlamento Federal de la RFA.

Moderó la sesión Fernando Álvarez de Miranda, ex presidente del Congreso de los Diputados, quien mantuvo una actitud imparcial. Briones defendió el punto de vista empresarial favorable a las empresas privadas de televisión, como consecuencia del modelo de sociedad que propugna la CEOE, "basado en la iniciativa individual y en la libre empresa".

Televisión e Iglesia

Martín Patino mantuvo una posición distante de la, poléraica en debate -tan sólo dijo que el pluralismo es más factible en la concurrencia de varios medios que una televisión única- y reivindicó el derecho constitucional de la Iglesia católica, como grupo social relevante, a acceder a la radio y a la televisión del Estado. Patino añadió que este derecho conlleva que la información, sobre la Iglesia ha de ser veraz, que ésta tiene derecho a elegir sus representantes para expresar opiniones en el medio y que también tiene que estar presente en debates públicos aun ajenos a lo confesional.Indicó que desde la misma manera que hay periodistas especializados en distintas áreas, también en las informaciones religiosas debe requerirse a aquellos que estén familiarizados y utilicen "con propiedad el lenguaje" del grupo social al que se refieren. Recordó que el acceso de los grupos sociales a RTVE, reconocido en su estatuto, está por regular. Joaquín Luis Ortega, director de la revista católica Ecclesia, insistió en que era necesario fijar al menos los criterios por los que se regulará el acceso de los grupos sociales a RTVE y que la Iglesia está "en situación enojosa" porque su presencia en TVE puede parecer privilegiada ante otros grupos sociales y religiosos.

Carlos Sánchez Reyes se mostró contrario tanto al monopolio como a la proliferación de televisiones privadas sin regulación previa, especialmente en lo que se refiere a la publicidad.

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