CANARIAS

Un grave incendio forestal en la isla de Tenerife ha destruido ya unas 700 hectáreas de pinar

Un incendio forestal, originado en la tarde del sábado y que ayer todavía no presentaba indicios de que pudiera ser apagado, ha destruido ya unas 700 hectáreas de pinar en los montes del norte de Tenerife. Según lcona (Instituto para la Conservación de Ia Naturaleza), se trata de uno de los sucesos más importantes de este tipo ocurridos en la isla en los últimos años. Centenares de voluntarios, que fueron trasladados en camiones a medida que aumentaba la gravedad del hecho, intervinieron junto con las brigadas de extinción, los bomberos y las fuerzas de seguridad.

El fuego, cuyas ca...

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Un incendio forestal, originado en la tarde del sábado y que ayer todavía no presentaba indicios de que pudiera ser apagado, ha destruido ya unas 700 hectáreas de pinar en los montes del norte de Tenerife. Según lcona (Instituto para la Conservación de Ia Naturaleza), se trata de uno de los sucesos más importantes de este tipo ocurridos en la isla en los últimos años. Centenares de voluntarios, que fueron trasladados en camiones a medida que aumentaba la gravedad del hecho, intervinieron junto con las brigadas de extinción, los bomberos y las fuerzas de seguridad.

El fuego, cuyas causas todavía no han podido determinarse, comenzó en el municipio de Los Realejos, y afectó inicialmente a una finca del Estado, para luego propagarse rápidamente hacia otros dos municipios del norte de Tenerife: La Guancha y San Juan de la Rambla. Quedaron arrasados miles de pinos canarios y de la especie insigne, pertenecientes a repoblaciones efectuadas entre 25 y 40 años atrás. El mayor peligro residía anoche en que las llamas pudieran llegar al pueblo de La Guancha. En un principio se temió también por el valle de La Orotava y el parque nacional del Teide.La compleja orografía de la zona dificultó el control de los distintos frentes de fuego, cuya extensión se vio favorecida por el calor y el viento reinantes. La dimensión del suceso provocó la inquietud de la población y de las autoridades. El panadero de La Guancha, Juan Dasilva, hubo de interrumpir su descanso para trabajar el domingo, por orden del gobernador civil para que alimentara a los numerosos voluntarios que acudieron.

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