Los Impuestos subirán tres veces más que la inflación en 1984

Los impuestos crecerán en 1984 tres veces más que la inflación prevista: 25% los gravámenes directos (un 30% el impuesto sobre la renta) y casi un 24% los indirectos. Así se desprende del proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado ayer por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer. IA carga recaerá, sobre todo, en las rentas del trabajo y en el consumo. Ello posibilitará un aumento de las prestaciones sociales y una disminución de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, con el fin de apoyar la política de creación de empleo, prioridad básica del Gobierno.
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Los impuestos crecerán en 1984 tres veces más que la inflación prevista: 25% los gravámenes directos (un 30% el impuesto sobre la renta) y casi un 24% los indirectos. Así se desprende del proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado ayer por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer. IA carga recaerá, sobre todo, en las rentas del trabajo y en el consumo. Ello posibilitará un aumento de las prestaciones sociales y una disminución de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, con el fin de apoyar la política de creación de empleo, prioridad básica del Gobierno.

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, afirmó que los Presupuestos Generales del Estado intentan no sólo "atender las necesidades más perentorias" derivadas de la crisis económica, sino que "las atenciones se orienten más hacia las necesidades que el Gobierno considera prioritarias, es decir, hacia los objetivos socialistas, puesto que el margen de maniobra se amplía".Los presupuestos totalizan unos ingresos de 4,068 billones de pesetas, unos gastos de 5,399 billones y un déficit de 1,331 billones. La financiación de este déficit se hará con deuda del Tesoro a corto plazo (hasta 475.000 millones dé pesetas), deuda pública a medio y largo plazo (hasta 411.000 millones), y el resto, mediante recurso al Banco de España.

Casi la mitad del aumento de la recaudación fiscal procederá del impuesto sobre la renta, cuya tarifa subirá en sus diversos tramos entre 0,4 y 1,2 puntos. El alza será compensada por el incremento de diversas deducciones en caso de ingresos anuales inferiores al millón de pesetas. A partir de esta cantidad la presión sobre los contribuyentes se endurecerá por las siguientes vías: desaparición de la deducción del 1% sobre los ingresos de trabajo personal; baja del 15% al 10% de las deducciones por gastos excepcionales no suntuarios, donaciones, dividendos, intereses de préstamos para comprar acciones y restauración de inmuebles. Para rentas altas se eleva del 65% -al 70%- el límite conjunto de la cuota de este impuesto más el del patrimonio.

Páginas 37 a 39

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