La Iglesia católica polaca pide la reanudación del diálogo y condena la represión del régimen

La Iglesia polaca decidió ayer, cinco días antes de que se celebre el aniversario de los acuerdos de Gdansk, volver a plantear su participación en la vida política del país exigiendo, como Lech Walesa, la reanudación del diálogo entre el Gobierno y la sociedad, protestando por las nuevas leyes represivas, y solicitando la amnistía total, la readmisión de los despedidos por motivos políticos, el pluralismo sindical y el diálogo para restablecer las estructuras organizativas de los obreros y artistas.En un comunicado difundido ayer en Varsovia, la Conferencia Episcopal polaca dirige una requisit...

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La Iglesia polaca decidió ayer, cinco días antes de que se celebre el aniversario de los acuerdos de Gdansk, volver a plantear su participación en la vida política del país exigiendo, como Lech Walesa, la reanudación del diálogo entre el Gobierno y la sociedad, protestando por las nuevas leyes represivas, y solicitando la amnistía total, la readmisión de los despedidos por motivos políticos, el pluralismo sindical y el diálogo para restablecer las estructuras organizativas de los obreros y artistas.En un comunicado difundido ayer en Varsovia, la Conferencia Episcopal polaca dirige una requisitoria contra las medidas represivas adoptadas por el Parlamento polaco tras el levantamiento del estado de sitio.

Los obispos polacos declaran: "Hay que deplorar que no se haya aprovechado la posibilidad de llegar, tras la visita del Papa a Polonia en junio pasado, un auténtico acuerdo nacional. Las medidas restrictivas adoptadas por el Parlamento suscitan de nuevo agitación. Para que esta agitación deje de aumentar, es necesario que el poder se muestre abierto hacia las reivindicaciones de la población".

Abordando el problema de la disolución del sindicato independiente Solidaridad y de las organizaciones profesionales de periodistas, escritores y estudiantes, el comunicado señala: "El diálogo es indispensable para que puedan ser reconstruidas las estructuras de las organizaciones en las que estaban agrupados los trabajadores y los hombres de cultura, 37 que defendían sus justas aspiraciones". Según los obispos polacos, "hoy siguen abiertos los problemas de la amnistía general, del pluralismo sindical y del regreso a sus puestos de trabajo de los que han sido despedidos por sus convicciones".

Las exigencias de diálogo planteadas por Walesa han recibido con este comunicado un espaldarazo.

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