Tribuna:

Pocas sorpresas y menos oferta para los bancos

Muy pocas sorpresas depararon las reuniones bursátiles de ayer a los escasos asistentes a las salas de contratación. El negocio continuó resultando muy escaso en los corros, las diferencias en los precios de los valores más significativos acusadamente breves, y las actuaciones dignas de alguna mención especial continuaron brillando por su ausencia. La prudencia parece haber invadido el ánimo de los contados especialistas que se mantienen al pie del cañón en estas jornadas agosteñas, y se evita con evidente esquisitez asumir posturas que puedan componer un cierto nivel de riesgo cuando aún no e...

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Muy pocas sorpresas depararon las reuniones bursátiles de ayer a los escasos asistentes a las salas de contratación. El negocio continuó resultando muy escaso en los corros, las diferencias en los precios de los valores más significativos acusadamente breves, y las actuaciones dignas de alguna mención especial continuaron brillando por su ausencia. La prudencia parece haber invadido el ánimo de los contados especialistas que se mantienen al pie del cañón en estas jornadas agosteñas, y se evita con evidente esquisitez asumir posturas que puedan componer un cierto nivel de riesgo cuando aún no están muy claras ni la actitud que mantendrán los veraneantes a su regreso, ni las medidas que puede adoptar el Gobierno en las primeras semanas del mes de septiembre.Ante estas premisas, el discreto alivio que experimentaron ayer los saldos vendedores de los grandes bancos constituyó toda una noticia positiva. Estas entidades, que habían conseguido ir salvando los distintos escollos a los que se enfrentaron en los últimos meses, sin que los precios de sus acciones experimentasen grandes quebrantos, se vieron desbordadas por la decisión administrativa en función a la cual se les incrementaba en un punto su coeficiente de caja, aunque se les elevaba la retribución de estos fondos hasta un 10%. Su cuidada estrategia de las últimas semanas, estuvo a punto de venirse con estrépito al suelo, y el factor que evitó en última instancia un período más prolongado de bajas ha sido precisamente la ausencia de inversores.

Por lo demás el cuadro de cotizaciones se ha limitado a reflejar unos pequeños vaivenes coyunturales que llevaban a los precios de las eléctricas a recuperar buena parte de lo perdido en las reuniones del viernes, y que posiblemente se puedan repetir en las próximas reuniones. Otro de los puntos que están despertando los comentarios de algunos especialistas es el hecho de que la Bolsa de Barcelona ha presentado en algunas jornadas precedentes unos volúmenes de contratación superiores a los de Madrid. Esta circunstancia, a pesar de resultar insólita, no habría resultado digna de prácticamente ninguna mención, en otra coyuntura, pero la soledad del agosto madrileño obliga a sacar punta a los temas más insospechados.

Pero volviendo sobre el grupo eléctrico, ayer corrió en el parqué madrileño con notable insistencia el rumor de que el traspaso de las participaciones públicas en empresas de este sector a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) está siendo ultimado. Se trata de un viejo proyecto por el cual una parte sustancial de los excedentes de tesorería de ENDESA, que se estiman en algunos círculos próximos a los 60.000 millones de pesetas, serían aplicados a la compra de las participaciones en empresas eléctricas privadas que mantiene el Instituto Nacional de Industria (INI). Se lograría así un doble objetivo: las exhaustas arcas del INI obtendrían un importante respiro y se reunirían todas las participaciones eléctricas permitiendo una gestión más unitaria.

Ayer inició su ampliación de capital Duro Felguera en la proporción de una acción nueva por cada tres antiguas, sin desembolso para los suscriptores. Frente a un valor teórico de sus derechos de suscripción de 427,50 pesetas, éstos se pagaron en el mercado madrileño a 430, mientras que sus acciones perdían 92 enteros.

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