Tribuna:

Actividad declinante

La semana que acaba de concluir no será de las que pasen a la histor¡a de las bolsas. Con más pena que gloria, la actividad ha ido declinando paulatinamente hasta puedar estancada en unos niveles le mantenimiento que, según adelantaron algunos especialistas, es todo lo que se puede esperar de este mes de agosto. Es típico hablar en estas fechas de movimientos especulativos, gracias a los que algunos de los asiduos hacen lo que se lía dado en llamar el agostillo. La base para estos movimientos suele ser el rumor, más o menos argumentado, y todo el mundo lo sabe, lo que le da a la situaci...

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La semana que acaba de concluir no será de las que pasen a la histor¡a de las bolsas. Con más pena que gloria, la actividad ha ido declinando paulatinamente hasta puedar estancada en unos niveles le mantenimiento que, según adelantaron algunos especialistas, es todo lo que se puede esperar de este mes de agosto. Es típico hablar en estas fechas de movimientos especulativos, gracias a los que algunos de los asiduos hacen lo que se lía dado en llamar el agostillo. La base para estos movimientos suele ser el rumor, más o menos argumentado, y todo el mundo lo sabe, lo que le da a la situación esa especie de gracejo que tienen las señas en el juego del mus: todo el mundo las conoce y lo bueno está en hacerlas en el momento oportuno.

Esta semana lo han tenido muy fácil los profesionales del rumor con la noticia de la venta de todas las acciones de empresas eléctricas del INI a ENDESA. Con ello se pretende' racionalizar el sector, y algunos en las bolsas tratan de convencer al resto de que lo más razonable coincide exactamente con lo que ellos piensan. Del éxito o el fracaso de sus gestiones dan cuenta las oscilaciones en la cotización de unos pocos valores, precisamente aquellos que teóricamente se podrían ver afectados por la operación.

Aparte de estos movimientos, el mercado apenas ha tenido nada destacable. Los valores base han quedado relegados a un segundo plano; así, los títulos bancarios sólo se han dejado notar gracias a los anuncios de pago de dividendos a una ampliación de capital, la del Banesto, que comenzará la próxima semana. Los valores eléctricos, exceptuando aquellos que ya hemos mencionado, han permanecido al margen hasta que llegó la hora de vender. Los de construcción sólo se han dejado notar en el mercado catalán, y aun así, de forma muy selecta, y el sector metalúrgico se queda con el único apoyo de Duro-Felguera, que mantiene unos precios exorbitados al ir acercándose al inicio de su ampliación de capital.

Los otros activos del mercado están experimentando considerables variaciones en su situación, ya que mientras que el mercado de letras de cambio está próximo a desaparecer, al menos eso parece desprenderse de su suspensión en Bilbao y Valencia y su escasa contratación en Madrid y Barcelona, los pagarés del Tesoro registraron una subida en los tipos de interés en la última subasta, alcanzando el 16%.

Dentro del tono menor del mercado, la tónico estuvo en los niveles de la contratación, que permanecieron muy próximos a los mínimos anuales, al tiempo que los índices generales se sitúan en las cotas máximas, dando lugar a una situación un tanto paradójica. Lo único sorprendente de esta situación es que ambas marcas -máximo del índice y mínimo de la contratación- se den en la misma sesión.

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