Investigación oficial declara inocente de presiones a la Justicia al presidente del laborismo australiano

El primer ministro de Nueva Gales del Sur y presidente del Partido Laborista Australiano, Neville Wran, se ha reintegrado a su puesto, después de permanecer apartado del poder durante 10 semanas, el tiempo necesario para que una investigación oficial le declarara inocente de toda implicación de presiones a la justicia, de las que fue acusado por un canal de televisión estatal.Si bien no se han hecho aún públicos los detalles de las conclusiones de la investigación, sí se sabe que el magistrado jefe ha resultado culpable de haber presionado a un juez tal como le acusara el canal de televisión A...

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El primer ministro de Nueva Gales del Sur y presidente del Partido Laborista Australiano, Neville Wran, se ha reintegrado a su puesto, después de permanecer apartado del poder durante 10 semanas, el tiempo necesario para que una investigación oficial le declarara inocente de toda implicación de presiones a la justicia, de las que fue acusado por un canal de televisión estatal.Si bien no se han hecho aún públicos los detalles de las conclusiones de la investigación, sí se sabe que el magistrado jefe ha resultado culpable de haber presionado a un juez tal como le acusara el canal de televisión ABC.

La diferencia, sin embargo, entre la acusación y la conclusión, estriba fundamentalmente en que el magistrado jefe no actuó en ningún momento a petición o bajo la dirección del primer ministro.

Los observadores políticos se preguntan ahora hasta qué punto la investigación influirá en el futuro de la vida local.

Todo el mundo se pregunta como reaccionará el electorado al descubrir que el mismísimo sistema de justicia fallaba en algo tan importante como la presión, y por tanto la independencia, a un magistrado.

El regreso de Wran -uno de los políticos más populares y a la vez con más prestigio de este país- ha estado caracterizado por sus ataques al "denominado periodismo de investigación". Poco antes, el primer ministro había dejado bien claro que "ni olvidaré, ni perdonaré".

Este punto quedó patente cuando, en la primera conferencia de prensa celebrada al reincorporarse a su puesto, Wran se negó a contestar las preguntas de un periodista de la ABC.

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Wran, extrañamente enfadado, iniciaba la ofensiva de su próxima campaña electoral aprovechando las cámaras y micrófonos de todo el país, a su disposición por primera vez en tres meses.

Tres meses en los que la oposición no ha dejado de intentar manchar su imágen pública. El presidente del Partido Laborista Australiano es, evidentemente, muy consciente de ello.

Como dijo en la conferencia de prensa, "los medios de comunicación de masas tienen un efecto permanente en la reputación de una persona".

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