Cartas al director

En favor del jurado

El jurado, el jurado sin escabinato, el jurado puro, habría absuelto a Escobedo, porque ese sexto sentido popular que reside en el fondo del sencillo corazón de los pueblos ha preferido siempre que un supuesto delincuente quede en libertad a que un posible inocente cargue, tal vez injustamente, con todo el peso de la ley.Se nos dice de un modo perentorio que la sentencia es justa "porque toda sentencia es justa", como si la justicia humana, imperfecta en principio por humana, pudiera permitirse desterrar con rotundidad el error judicial, para cuyo reconocimiento hace falta más valor cív...

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El jurado, el jurado sin escabinato, el jurado puro, habría absuelto a Escobedo, porque ese sexto sentido popular que reside en el fondo del sencillo corazón de los pueblos ha preferido siempre que un supuesto delincuente quede en libertad a que un posible inocente cargue, tal vez injustamente, con todo el peso de la ley.Se nos dice de un modo perentorio que la sentencia es justa "porque toda sentencia es justa", como si la justicia humana, imperfecta en principio por humana, pudiera permitirse desterrar con rotundidad el error judicial, para cuyo reconocimiento hace falta más valor cívico y evolución moral e intelectual que para enviar entre rejas a un culpable en olor de multitud. ¿Por qué no se ha interesado el alma popular por los casos Central y Rumasa?

Porque ese jurado, que aunque aún no codificado alienta ya en el ánimo popular, sabe muy bien quiénes, por qué y a qué estamentos sociales pertenecen los encartados, mientras que en el caso Escobedo, con casquillos o sin casquillos, podemos decir como ese gran cineasta abogado francés André Cayatte, en su gran filme Somos todos asesinos, que la conciencia del pueblo se siente hoy toda ella un poco entre rejas. /

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