Exámenes de 'ballet'
Llevo dando clases de ballet, en el Conservatorio, todo el curso (dos horas a la semana). Mi profesora me dijo que me iba a presentar al examen; a mí me hizo mucha ilusión. El día 6 de junio, a las dos, era el examen. La profesora nos citó a la una para practicar con la pianista. Nos dijo que desayunásemos poco y que no comiéramos.Nos tocó examinarnos a las cinco de la tarde. Todo ese tiempo estuvimos ensayando a la vez distíntos grupos, viendo ensayar, andando de acá para allá, poniéndonos cada vez más nerviosas. Nos manchamos las medias recién estrenadas, teníamos hambre y cansancio y...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Llevo dando clases de ballet, en el Conservatorio, todo el curso (dos horas a la semana). Mi profesora me dijo que me iba a presentar al examen; a mí me hizo mucha ilusión. El día 6 de junio, a las dos, era el examen. La profesora nos citó a la una para practicar con la pianista. Nos dijo que desayunásemos poco y que no comiéramos.Nos tocó examinarnos a las cinco de la tarde. Todo ese tiempo estuvimos ensayando a la vez distíntos grupos, viendo ensayar, andando de acá para allá, poniéndonos cada vez más nerviosas. Nos manchamos las medias recién estrenadas, teníamos hambre y cansancio y todo el calor que allí hacía. Cuando al fin nos llamaron, estábamos que no nos teníamos, con ganas de que acabara el rollo y marcharnos lo antes posible.
Tengo la sensación de que hice los ejercicios sin ganas y peor que durante el curso. Yo creo que no es justo un examen así después de los esfuerzos, disgustos y la falta de tiempo para jugar y estudiar que hemos tenido durante el año.
. 11 años.