El desinterés popular marca los comicios locales que hoy se celebran en Marruecos

7.200.000 marroquíes deben elegir hoy a 15.500 consejeros comunales y municipales tras una campaña electoral de quince días que, aparentemente, no ha suscitado ninguna particular esperanza en el electorado. El día tiene carácter festivo y la jornada será abonada a aquellos que trabajen.Se trata de la cuarta consulta electoral de este tipo desde la independencia en 1956, y en ella se eligen los consejeros de las comunas rurales, urbanas y autónomas en que se divide la administración del país. Los ciudadanos, que deberían sentirse representados por esos consejeros, tienden a ver cada vez más...

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7.200.000 marroquíes deben elegir hoy a 15.500 consejeros comunales y municipales tras una campaña electoral de quince días que, aparentemente, no ha suscitado ninguna particular esperanza en el electorado. El día tiene carácter festivo y la jornada será abonada a aquellos que trabajen.Se trata de la cuarta consulta electoral de este tipo desde la independencia en 1956, y en ella se eligen los consejeros de las comunas rurales, urbanas y autónomas en que se divide la administración del país. Los ciudadanos, que deberían sentirse representados por esos consejeros, tienden a ver cada vez más en ellos, según la revista Lamalif de mayo-junio, apéndices de la Administración, aunque sólo sea por la tutela que por ley ésta ejerce sobre ellos desde el Ministerio del Interior.

De los catorce partidos que existen en la actualidad en Marruecos, cinco más que para las pasadas elecciones de 1976, sólo la Union National des Forces Populaires, de Abdallah Ibrahim, se niega a tomar parte en estas elecciones que considera "improvisadas". De los trece partidos restantes., tres son de izquierda, cuatro participan de la coalición gubernamental, y el resto, con la excepción de los independientes del cuñado del rey, que son la "oposición leal y constructiva de su majestad", funcionan a su aire.

Por primera vez en la historia electoral de Marruecos, el rey Hassan II, según anunció el 21 de mayo, permitió que los líderes de los partidos políticos pudieran exponer sus programas a través de la radio y la televisión. La medida fue luego limitada a sólo aquéllos que presentasen candidatos por lo menos en el 10% de las circunscripciones, lo cual redujo el privilegio televisivo a los cuatro partidos en el Gobierno y los socialistas de Abderrahim Buabid.

El Istiqlal, que es el único partido que presenta candidatos en todas las circunscripciones, incluidas las doce comunas de la provincia de Río de Oro, y en todas las de Bojador, Smara y Laiun, propone a los electores un programa que se resume en "defensa del Islam y monarquía constitucional".

El partido del Gobierno

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Otro programa interesante, por cuanto parece tener la coherencia suficiente, es el del Partido Unión Constitucional, del primer ministro, Maati Buabid, que basado en recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y en una concepción liberal de la economía, propone la privatización de un buen número de sectores de la economía nacional.Los socialistas participan en estos comicios en condiciones extremadamente precarias tanto por motivos ajenos a ellos como por las divisiones internas de los últimos días. La Administración sólo les autorizó a publicar un diario una semana antes de las elecciones; su máximo dirigente sindical sigue preso sin juicio desde 1981, y el partido no ha sido autorizado a hacer campaña en varias regiones.

La escisión que se ha producido unos días antes de las elecciones -con la separación del partido de 34 miembros del ala radical, que propugnaban la abstención y solicitaban la convocatoria de un congreso extraordinario del partido, por considerar ilegales las atribuciones del actual buró político más la negativa de la sección de Agadir del partido a participar en las elecciones, han sido factores a añadir a la camapaña de deterioro emprendida por la prensa oficial.

Tanto a los comicios comunales como a los legislativos los partidos concurren con flamantes programas electorales, que no tienen por qué convertirse, en caso de victoria, en el programa del Gobierno.

El ciudadano marroquí da en la actualidad la impresión de pasar de ésta como de cualquier otra elección. La preocupación fundamental es el paro, que alcanza a más del 50% de la fuerza de trabajo censada; los siete millones de marroquíes que viven en la pobreza absoluta y la grave crisis financiera. Y, sobre todo, el fatídico aumento de los precios de los productos de primera necesidad, incremento que puede originar este verano una situación aún más explosiva que la de junio de 1981, que terminó con los sangrientos incidentes de Casablanca.

Inmediatamente después de las elecciones, el día 12 de junio, comienza el mes del Ramadán, o ayuno religioso, que será probablemente el único respiro del Gobierno en lo que queda de año.

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