PAÍS VASCO

Rescatada ilesa una niña de dos años que estuvo perdida por una noche en el monte Igueldo

Una niña de dos años y medio -Jaione Yanguas Serrano- pasó la noche del domingo perdida en el monte Igueldo, en San Sebastián, hasta que el soldado voluntario de la Cruz Roja Ángel Babón Manchón la localizó a mediodía del ayer dormida, entre unas zarzas.

Según señalaron sus padres, la niña desapareció en unos segundos sobre las seis de la tarde del domingo, mientras su abuela le compraba una pelota en el parque de atracciones del Monte Igueldo, donde se encontraban. Desde las siete de la tarde hasta la una de la madrugada, miembros de la Cruz Roja, junto con la Ertzaina, Policía Nac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una niña de dos años y medio -Jaione Yanguas Serrano- pasó la noche del domingo perdida en el monte Igueldo, en San Sebastián, hasta que el soldado voluntario de la Cruz Roja Ángel Babón Manchón la localizó a mediodía del ayer dormida, entre unas zarzas.

Según señalaron sus padres, la niña desapareció en unos segundos sobre las seis de la tarde del domingo, mientras su abuela le compraba una pelota en el parque de atracciones del Monte Igueldo, donde se encontraban. Desde las siete de la tarde hasta la una de la madrugada, miembros de la Cruz Roja, junto con la Ertzaina, Policía Nacional, Policía Municipal y un numeroso grupo de voluntarios rastrearon la zona sin resultados. Una unidad de las UAR la buscó por la noche con perros, también sin resultado.Cuando la búsqueda iba a suspenderse, una persona que había reconocido a la pequeña por la foto que los periódicos de San Sebastián publicaron ayer afirmó haberla visto, por lo que se intensificó el rastreo en la zona de monte más inmediata al lugar en que había sido vista por última vez.

La niña fue finalmente encontrada, con sólo algunos arañazos, en la cara y las manos, cerca del mediodía, dormida entre unas zarzas, a 200 metros escasos del sitio en que se había perdido. Al parecer, caminó por un sendero, adentrándose en una zona prácticamente inaccesible en que los matorrales alcanzan más de un metro de altura. Ese mismo lugar había ya sido rastreado el día anterior sin que la presencia de la niña se advirtiera.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En