Los escándalos políticos han 'dinamitado' la imagen de Turín

Hasta ayer estaba considerada como una ciudad modelo, envidia de muchas de las grandes ciudades europeas. Turín había conseguido un difícil equilibrio entre su carácter nórdico y su peculiaridad de ser la segunda capital del Sur de Italia, debido al ingente número de trabajadores de Nápoles, de Calabria y de Sicilia arrastrados a ella por la luz de Fiat, la mayor industria privada del país.

Una ciudad en la que gobernaba hasta ayer un alcalde comunista, Diego Novelli, considerado casi como un monje por su austeridad y su profundo sentido de la moralidad cívica y política.De repente ...

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Hasta ayer estaba considerada como una ciudad modelo, envidia de muchas de las grandes ciudades europeas. Turín había conseguido un difícil equilibrio entre su carácter nórdico y su peculiaridad de ser la segunda capital del Sur de Italia, debido al ingente número de trabajadores de Nápoles, de Calabria y de Sicilia arrastrados a ella por la luz de Fiat, la mayor industria privada del país.

Una ciudad en la que gobernaba hasta ayer un alcalde comunista, Diego Novelli, considerado casi como un monje por su austeridad y su profundo sentido de la moralidad cívica y política.De repente empezó a soplar sobre sus administradores el huracán de los escándalos. El presidente de la región (comunista), el teniente de alcalde (socialista), administradores democristianos.... todos a la cárcel, implicados en escándalos de tipo financiero. Fue como un terremoto. El gobierno de la región y de la ciudad entró en crisis.

La amargura encrespó los ánimos entre la misma izquierda, que había conseguido hasta ayer crear una de las administraciones más dinámicas y serias de Italia.

Socialistas y comunistas

En las últimas, elecciones, tras la crisis, el alcalde comunista no ha sido elegido porque los socialistas, heridos, no le han dado el voto. Piensan que no es justo que en el vendaval sólo él se salve, como un héroe inmaculado. Y ahora tendrá que formarse un gobierno de la ciudad dirigido sólo por comunistas, ya que éstos no abandonan a su compañero. En la región, al revés, los comunistas no han dado el voto al candidato socialista, y éstos tendrán que gobernar solos.Y por si todo esto fuera poco, ayer, el nuevo golpe de escena. El ministro de Finanzas, socialista, que debía encabezar la lista electoral de Turín dentro de su partido, acaba de ser acusado por un juez de haber amenazado a un teniente de la Guardia de Finanzas encargado de hacer una investigación en las oficinas del partido socialista de Turín.

La amenaza, según el juez, consistió en que el ministro, Francesco Forte, atemorizó al oficial con la perspectiva de un traslado forzoso. Y el magistrado pide que el caso vaya al Parlamento. El ministro ha negado el hecho. La historia, casi una trivialidad, se remonta a un caso administrativo de un empleo dado ilegalmente a una persona con recomendación de un concejal socialista hace años.

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Manipulación política

El diario socialista L'Avanti ha denunciado toda esta instrumentalización, afirmando que se ha llegado "a límites inconcebibles que tienen el sabor de una farsa".Y se piensa en el enésimo juego de tipo electoral en un clima en el que todo parece indicar que existe una maniobra para que el Partido Socialista italiano no obtenga el éxito electoral que todos le atribuían hace un año.

Se explica, de este modo, la polémica del secretario general socialista, Bettino Craxi, contra la omnipotencia de ciertos magistrados y contra su excesiva politización, y pidiendo una profunda reforma de la legislación judicial.

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