Conmoción en Granada por los supuestos movimientos de una imagen de Jesús Nazareno

"Yo digo lo que vi, y lo vi tan claro como le estoy viendo a usted ahora mismo", afirmó, 48 horas después del fenómeno, una de las muchas personas que aseguran haber visto realizar movimientos a la imagen de Jesús Nazareno que se custodia en la iglesia parroquial de la localidad granadina de Puebla de Don Fadrique, en el extremo noreste de la provincia.

"Miré fijamente la imagen", asegura María Dolores Sánchez, con plena convicción, "y vi cómo el Señor cerraba y abría muy lentamente los ojos, y cómo sus dedos se movían también hasta separarse". Varias mujeres asienten con la cabeza las ...

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"Yo digo lo que vi, y lo vi tan claro como le estoy viendo a usted ahora mismo", afirmó, 48 horas después del fenómeno, una de las muchas personas que aseguran haber visto realizar movimientos a la imagen de Jesús Nazareno que se custodia en la iglesia parroquial de la localidad granadina de Puebla de Don Fadrique, en el extremo noreste de la provincia.

"Miré fijamente la imagen", asegura María Dolores Sánchez, con plena convicción, "y vi cómo el Señor cerraba y abría muy lentamente los ojos, y cómo sus dedos se movían también hasta separarse". Varias mujeres asienten con la cabeza las palabras de su vecina. "Lo puede comprobar usted si quiere, los dedos se le han quedado mucho más separados de como los ha tenido toda la vida".Situada en el extremo noreste de la provincia de Granada, lindante su término municipal con las de Murcia, Albacete y Jaén, Puebla de Don Fadrique es una población de 6.000 habitantes que dista más de 180 kilómetros de la capital. Desde el martes, su iglesia parroquial se ha convertido en centro de visita y reunión de fieles y curiosos que desean comprobar con sus propios ojos los supuestos movimientos de la imagen del Nazareno.

Los hechos que han conmocionado la pacífica vida habitual de esta localidad y que mantienen ahora a sus habitantes divididos en sendos bandos de crédulos e incrédulos, ocurrieron en las últimas horas del pasado martes. Unos cincuenta niños acababan de dar su clase diaria de catequesis preparatoria para la primera comunión, cuando dos de sus componentes empezaron a llorar y gritar "porque el Cristo se estaba moviendo". Avisados los padres de varios pequeños, que en ese momento se encontraban con el párroco, varios de ellos entraron en la iglesia y, según afirman, pudieron observar también los movimientos de la imagen.

Se trata ésta de una talla escultórica de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de cuerpo entero y brazos articulables, que se saca dos veces en procesión durante la Semana Santa, y el resto del año descansa en la parte derecha del templo parroquial, de pie sobre un altar auxiliar y en actitud ligeramente inclinada hacia adelante. Las articulaciones mecánicas de los brazos de la imagen permiten levantárselos y bajárselos con facilidad y, así como unirle las manos en una determinada posición. La noticia, lógicamente, se extendió con rapidez por todo el casco urbano, y la iglesia se vio pronto repleta de gente deseosa de testificar el presunto milagro.

El párroco, Pedro Molina, que hasta el momento no ha querido hablar con ningún periodista sobre el asunto, propuso a los numerosos vecinos congregados en el templo que permanecieran fijamente atentos a la imagen y cuando cada uno viese los movimientos gritara en voz alta: ¡Ahora! Así lo hicieron, y al poco rato, alrededor de una docena de personas gritaron al unísono esa palabra.

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"Aturdido por lo que vi"

"Al principio creí que se trataba de un juego de niños, pero después yo mismo vi cómo el Nazareno movía las manos", dije Conrado Paz, el Conrado, maestro albañil de unos cincuenta años de edad que todavía se confiesa "aturdido por lo que vi".Por su parte, una mujer de más de cuarenta años, llamada Mercedes, relata así su versión: "Entré en la parroquia y vi llorando al Guapo, un señor respetable del pueblo, y le dije que parecía mentira que él se creyera esas cosas, que si es que era tonto o qué. Entonces miré casi sin querer a la imagen de Jesús, y vi perfectamente cómo se movía. Desde entonces estoy mala, y llevo dos días sin poder dormir".

Aunque el fenómeno no ha vuelto a repetirse desde las once de la noche del martes, varias decenas de personas no dejan de turnarse en la iglesia desde entonces, en actitud vigilante, "por si la imagen se moviese de nuevo". El párroco se niega a hacer comentario alguno, ni a favor ni en contra del fenómeno. La autoridad eclesiástica de Granada, por su parte, al igual que ocurriera el pasado año con motivo del presunto llanto de sangre de la Virgen de las Lágrimas, tampoco se ha pronunciado aún sobre este tema.

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