Renovación tecnológica y paro
En el número del domingo 17 de abril pasado publicó EL PAIS una entrevista con el demógrafo francés Alfred Sauvy, bajo el título de Todas las medidas para combatir el paro tienden a aumentarlo.No sería sensato cuestionar el valor científico de semejante afirmación, ni de otras que aparecen en el texto de la entrevista, porque un artículo de peródico no constituye una memoria formal de investigación: cada medio tiene su estilo. Pero hay por lo menos un juicio atribuido al profesor Sauvy que no puede quedar sin comentario crítico: "De todos modos hay que desterrar también la ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
En el número del domingo 17 de abril pasado publicó EL PAIS una entrevista con el demógrafo francés Alfred Sauvy, bajo el título de Todas las medidas para combatir el paro tienden a aumentarlo.No sería sensato cuestionar el valor científico de semejante afirmación, ni de otras que aparecen en el texto de la entrevista, porque un artículo de peródico no constituye una memoria formal de investigación: cada medio tiene su estilo. Pero hay por lo menos un juicio atribuido al profesor Sauvy que no puede quedar sin comentario crítico: "De todos modos hay que desterrar también la noción equivocada de que el progreso técnico es un factor generador de paro".
Semejante generalización no puede fundarse con el habitual envío al caso japonés, por más que éste venga durando 15 o 20 años. Desde la revolución industrial inglesa, y aún antes, hasta nuestros días, el llamado progreso técnico viene produciendo paro en forma aterradora, hasta tal punto que cabe atribuir a sus consecuencias nada menos que dos guerras mundiales y la amenaza de Úna tercera.
Que yo sepa, no se ha publicado, hasta hoy, un estudio con bases empíricas sobre los efectos de la innovación técnica sobre el empleo, en el ámbito mundial, durante los últimos dos siglos. Cuando se tenga a mano una fuente de esos alcances, el profesor Sauvy podrá pronunciarse sobre la materia con algún fundamento. Y creo que, entre tanto, no debe inducirse a error a los muchos lectores de EL PAIS. /