La violencia en las calles de París empieza a preocupar al poder socialista

Mayo de 1983 no es mayo de 1968, pero las mismas escenas se repiten y la actual violencia empieza a preocupar al poder en Francia. Ayer, a las dos horas de la madrugada, los estudiantes aún apedreaban a la policía, que, con bombas lacrimógenas, intentaban cerrar la jornada de violencias, esta vez atizadas por más de 20.000 pequeños industriales que también se manifestaron por su lado. Hubo varias decenas de heridos y cinco policías hospitalizados.

Hace 15 años, en París, la calle fue ocupada por los estudiantes izquierdistas y por los obreros. Desde hace varias semanas, la agitación rec...

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Mayo de 1983 no es mayo de 1968, pero las mismas escenas se repiten y la actual violencia empieza a preocupar al poder en Francia. Ayer, a las dos horas de la madrugada, los estudiantes aún apedreaban a la policía, que, con bombas lacrimógenas, intentaban cerrar la jornada de violencias, esta vez atizadas por más de 20.000 pequeños industriales que también se manifestaron por su lado. Hubo varias decenas de heridos y cinco policías hospitalizados.

Hace 15 años, en París, la calle fue ocupada por los estudiantes izquierdistas y por los obreros. Desde hace varias semanas, la agitación recuerda a aquel mayo revolucionario con barricadas y adoquines, pero por las calles desfilan los estudiantes apolíticos, de derechas o de extrema derecha, y los comerciantes, que no votan precisamente a la izquierda. Esta distinción es la que le hace decir a un colaborador del primer ministro, Pierre Mauroy, que "todo ese barullo no es serio". Pero la violencia empieza a preocupar al poder, a los sindicatos, a todos.Los 8.000 universitarios que se manifestaron la tarde del jueves se oponen a la reforma de la enseñanza superior que el ministro de Educación, Alain Savary, presentará para su discusión en la Asamblea Nacional de los Diputados el próximo día 24 de este mes de mayo. Ayer, como la semana pasada, el desfile se desarrolló pacíficamente hasta que, algunos centenares de estudiantes de extrema derecha y de eÍementos incontrolados, armados con barras de hierro, cócteles motolov y echando mano a todo lo que encontraban a su paso, atacaron a la policía.Otro tanto ocurrió, ya entrada la noche, cuando empezaba a disolverse el desfile de los comerciantes, que se consideran los paganos de la política gubernamental de austeridad. La pancarta que encabezaba el desfile estudiantil rezaba: "Ni derecha, ni izquierda. Todos juntos contra la reforma". Pero a la Coordinadora Nacional que convoca las huelgas no pertenecen las dos tendencias del sindicato de izquierdas, Unión Nacional de los Estudiantes Franceses (UNEF), que representan la fuerza más numerosa. El cortejo de los comerciantes, sin escrúpulos, gritó hasta enronquecer "Mitterrand, lárgate". Los agricultores, estudiantes de medicina, universitarios, pe queños industriales, todos ellos se ven coreados por el descontento resignado de gran parte de los franceses. ¿Es el inicio de una agitación manipulada por la oposición política para intentar des estabilizar al Gobierno de izquierda? La ambigüedad de las huelgas es anotada por algunos observadores, pero la oposición desea públicamente "que la agitación se calme", según palabras del líder neogaullista, Jacques Chirac; la derecha recuerda que, en mayo de 1968, la recuperación del movimiento estudiantil que intentó realizar la izquierda le valió al poder gaullista, en las elecciones legislativas que se celebraron entonces, la mayoría más abultada de la historia de la Asamblea Nacional francesa. Todo da a entender que, en las tres manifestaciones convocadas en los últimos días, los organizadores han sido desbordados por grupos políticos extremistas.

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