Cartas al director

No soy adicto

a la televisión y creí que el programa Su turno sobre el feminismo daría otra cosa que la pobre impresión de quitarse la palabra los unos a los otros, aunque, al parecer, dos intentaban guardar su turno, cosa que les resultó imposible y optaron por añadirse al mogollón. El presentador se las vio y se las deseó para evitar el más completo desorden entre un público que no sabía lo que aplaudía y un par de vocingleros que se chuparon todo el programa.Lamentable espectáculo de señores burgueses -así se llamaron- a los que se les suponía el conocimiento de las reglas del juego y deberían enseñar al...

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a la televisión y creí que el programa Su turno sobre el feminismo daría otra cosa que la pobre impresión de quitarse la palabra los unos a los otros, aunque, al parecer, dos intentaban guardar su turno, cosa que les resultó imposible y optaron por añadirse al mogollón. El presentador se las vio y se las deseó para evitar el más completo desorden entre un público que no sabía lo que aplaudía y un par de vocingleros que se chuparon todo el programa.Lamentable espectáculo de señores burgueses -así se llamaron- a los que se les suponía el conocimiento de las reglas del juego y deberían enseñar al país a dialogar. /

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