José Luis Garci

ha demostrado que si desde la planificación de un filme hasta su marketing, pasando por la música, se apunta al mercado norteamericano, -se puede conseguir el primer oscar hablado en castellano en la Academia de Hollywood. Para quienes conocemos profesionalmente el cine anglosajón esto no es una sorpresa y debemos alegrarnos de este triunfo internacional de la industria española.Ahora se trata de apuntalar ese triunfo a través de una política inteligente y constante de comercialización exterior de la buena (y también de la menos buena) producción cinematográfica española.

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ha demostrado que si desde la planificación de un filme hasta su marketing, pasando por la música, se apunta al mercado norteamericano, -se puede conseguir el primer oscar hablado en castellano en la Academia de Hollywood. Para quienes conocemos profesionalmente el cine anglosajón esto no es una sorpresa y debemos alegrarnos de este triunfo internacional de la industria española.Ahora se trata de apuntalar ese triunfo a través de una política inteligente y constante de comercialización exterior de la buena (y también de la menos buena) producción cinematográfica española.

Pues bien, algo que ha pasado bastante inadvertido es que la presentación y distribución de esta triunfadora película española la ha efectuado la multiancional -o sea, norteamericana- 20th Century Fox. ¿Dónde estaba en esos o en otros momentos parecidos la empresa del Estado español que desde hace varias décadas tiene obligación - de promover internacionalmente el cine español? La lánguida y artesanal trayectoria de Cinespaña está desfasada con respecto a la artesanal, pero meritoria, producción cinematográfica española, que lo único que necesita ya es saber vender internacionalmente, no sólo en los tópicos mercados de América Latina, sino en los más competitivos y exigentes de Norteamérica y Europa.

Pero para ello, para hacer del cine de España un producto exportable mundialmente conocido como lo es su pintura o su música, Cinespaña necesita, por lo menos, personas que:

a) sepan negociar fluidamente en inglés.

b) conozcan de primera mano a los productores, distribuidores y técnicos del mundo cinematográfico norteamericano.

c) tengan la profesionalidad suficiente como para conducir una empresa pública -es decir, de todos los españoles- con los mismos criterios de rentabilidad que una empresa privada.

Sólo con estas y otras condiciones la presencia del cine español en el mundo dejará de ser una asignatura pendiente. /

Madrid.