La mitad de los madrileños ha decidido ya votar al PSOE

La división de la derecha y la consolidación y ampliación del voto socialista es la hipótesis central del estudio realizado por el Centro de Investigación y Técnicas Políticas (CMP), con la colaboración de Sofemasa, sobre las perspectivas de las próximas elecciones en Madrid. La mitad de los electores ha decidido ya votar al PSOE, mientras que la decisión de voto a la coalición AP-PDP-UL alcanza al 13%. El 85,6% de los electores tiene intención de acudir a votar.

El trabajo, al que ha tenido acceso este periódico, fue encargado por la Diputación madrileña. La primera fase del mismo -rea...

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La división de la derecha y la consolidación y ampliación del voto socialista es la hipótesis central del estudio realizado por el Centro de Investigación y Técnicas Políticas (CMP), con la colaboración de Sofemasa, sobre las perspectivas de las próximas elecciones en Madrid. La mitad de los electores ha decidido ya votar al PSOE, mientras que la decisión de voto a la coalición AP-PDP-UL alcanza al 13%. El 85,6% de los electores tiene intención de acudir a votar.

El trabajo, al que ha tenido acceso este periódico, fue encargado por la Diputación madrileña. La primera fase del mismo -realizado con la técnica panel- permite a los analistas las siguientes hipótesis sobre el comportamiento del electorado madrileño:- Firme intención de consolidar y ampliar el voto socialista del 28 de octubre pasado. El voto ya decidido al PSOE es del 49,1%.

- Probable división de lo que fue el electorado de la coalición AP-PDP entre diversos centros-derecha y la propia oferta actual de AP-PDP-UL.

- Sensible recuperación de voto por parte del PCE en relación a su baja tasa del 28 de octubre pasado.

La intención decidida de voto en estos momentos -inicio de la campaña electoral- aparece reflejada en el gráfico número 2. Para contrastarla coherencia de la intención manifestada de voto, así como para fijar la tendencia de los indecisos, se ha efectuado un análisis de múltiples variables; detallamos en este capítulo algunas de ellas, cuyo análisis proseguirá mañana.

El recuerdo de voto anterior. El primer indicador verificado se refiere al recuerdo que los electores dicen manifestar respecto a su voto en los comicios anteriores. Hoy, la opinión pública recuerda que en 1982 votó a UCD en un 2,5%, contra el 3,5% de voto real; a AP-PDP, en un 14,6%, contra un voto real del 32,6%, y al PSOE, en un 63%, contra un 52,7% de voto real. Los analistas explican estas diferencias en el sentido de que, psicológicamente, los entrevistados tienden a decir que votaron como realmente van a votar ahora.

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Tendencia probable de los indecisos. Además del voto decidido, los autores de estos estudios tratan de profundizar en el pensamiento de los indecisos a través de preguntas relativas a la simpatía, confianza o pronósticos electorales que dichas personas hacen respecto a las diferentes opciones. Todos los indicadores referidos a los indecisos son tan bajos para AP-PDP-UL que parece dificil que esta opción pueda mejorar sustancialmente sus posiciones en dicha clientela. Por ejemplo, el 6,5% de los indecisos muestra su simpatía por la opción de la derecha (frente al 26,5% por el PSOE) y el 6% de ellos confía en AP-PDP-UL (frente al 27,9% en el PSOE). Hay que tener en cuenta que alrededor del 50% de los indecisos constituye la abstención.

Deseo de victoria socialista. Otros indicadores interesantes se refieren a los pronósticos que los electores hacen sobre los partidos que creen ganadores de las elecciones y los que ellos desearían que ganaran claramente, es decir, por mayoría absoluta. En general, la mayoría pronostica la victoria socialista y además desea que gane el PSOE, mientras que se advierte poca fe del electorado AP-PDP-UL en su propio triunfo, aunque acompañada de un alto deseo de victoria. En los demás partidos es muy escasa la creencia en un triunfo de AP-PDP-UL.

Lo propio de un partido fuerte y ganador no sólo es su alta convicción interna de victoria y deseo de poder, sino la nula preocupación o eventualidad de alternativa que percibe en su entorno. La convicción de los votantes socialistas en el triunfo es muy elevada, aunque resulta algo mayor el deseo de ganar por mayoría absoluta al pronóstico de que tal cosa sucederá (desea la victoria socialista el 91,7% de sus votantes; el 84,5% de sus electores cree que el PSOE ganará).

Simpatía y confianza. En cuanto a la simpatía por los diferentes partidos y la confianza en la solución de los problemas, esta serie de indicadores, ya clásicos en la apreciación de tendencias, mantienen al PSOE siempre entre cuatro y cinco veces más alto que APPDP-UL.

Mínimo rechazo al PSOE. Este indicador es, quizá, el más espectacular de cuantos aparecen en el estudio de Citep. Según estos datos, el partido socialista no encuentra rechazo en el conjunto del cuerpo electoral, hasta el punto de que sólo él 1,3% del mismo se opone al PSOE. Los porcentajes correspondientes a los otros partidos son el 34,1% de rechazo para AP-PDP-UL, el 2,8% para UCD, el 24,3% para el PCE, el 0,8% para el CDS, el 0,0% para el PDL y el 1,7% para otros partidos. Los que no saben o no contestan a la pregunta sobre el rechazo a los partidos se reducen en este caso al 16,5%, porcentaje probablemente inferior a la abstención.

Los analistas califican de "muy típico del comportamiento político español" el rechazo mutuo que se advierte entre PCE y AP-PDP-UL: el 67,8% del electorado de derecha se opone radicalmente al PCE, mientras que el 79,3% de los votantes comunistas rechaza a AP-PDP-UL.

Los electores tienen una alta opinión de Felipe González

El presidente del Gobierno tiene una imagen moderada para el 47,6% de los electores, mientras el 38,6% le consideran fuerte; el 8,1%, débil, y el 6,3% no contesta. El número de madrileños que manifiesta esta opinión tan positiva del presidente suma el 86,2%, lo cual muestra una imagen mucho más positiva de Felipe González que la de los grandes líderes europeos:Por partidos, el 68,1% de los que votaron AP-PDP en 1982 tienen una imagen positiva del jefe del Gobierno; esa consideración se extiende al de las opciones, alcanzando su máximo nivel en el sector socialista, donde la imagen positiva llega al 92,3%. Nada menos que el 81,8% de los que no declaran su voto tienen una imagen igualmente favorable del presidente, e incluso esa opinión la comparten el 82,5% de los abstencionistas.

La imagen del conjunto del Gobierno entre los madrileños puede considerarse muy buena, de acuerdo con los datos facilitados por el estudio de CITEP. El 39,2% considera que nos encontramos ante un Gobierno fuerte (capacidad para tomar decisiones políticas); otro 45,4% tiene una imagen del Ejecutivo como Gobierno moderado. Los que consideran débil al Gobierno el 10,5% del total del cuerpo electoral, y tan sólo el 4,5% no se pronuncia.

Lógicamente, existen variaciones según la adscripción política de los encuestados, aunque menos de lo que pudiera pensarse. El 30,1% de las personas que votaron a AP-PDP en 1982 consideran que el actual Gobierno es fuerte (porcentaje sin duda alto para un partido de oposición), mientras el 36,6% del mismo electorado le considera moderado. Un 25,6% opinan que el Ejecutivo es débil (porcentaje notablemente bajo) y el 7,2% no saben o no contestan. En el electorado socialista de 1982, el 45% califica de fuerte al actual Gobierno y otro 45,9% lo considera moderado.

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