GALICIA

Un portugués se encierra, a punta de pistola, con dos hijos de su amante como rehenes

El súbdito portugués Adolfo Martínez Dacosta, permanece desde la tarde del lunes encerrado en su vivienda de la parroquia de Valladares, armado con una pistola y manteniendo como rehenes a la hijos de su amante, una joven de 20 años y un niño de un año.

El portugués vivía desde hace dos años con una mujer viuda, su hija, el yerno y un nieto, produciéndose frecuentes discusiones por su deseo de vivir únicamente con la mujer. Según el testimonio de los vecinos, el portugués había desaparecido hace dos meses, y ayer, a su regreso, se hizo fuerte en la casa con los dos rehenes y anunció...

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El súbdito portugués Adolfo Martínez Dacosta, permanece desde la tarde del lunes encerrado en su vivienda de la parroquia de Valladares, armado con una pistola y manteniendo como rehenes a la hijos de su amante, una joven de 20 años y un niño de un año.

El portugués vivía desde hace dos años con una mujer viuda, su hija, el yerno y un nieto, produciéndose frecuentes discusiones por su deseo de vivir únicamente con la mujer. Según el testimonio de los vecinos, el portugués había desaparecido hace dos meses, y ayer, a su regreso, se hizo fuerte en la casa con los dos rehenes y anunció que estaba dispuesto a matar al yerno de su amante.

La policía hizo un primer intento de penetrar en la vivienda, pero desistió al oír los disparos efectuados por Adolfo Martínez, que no consintió que nadie se acercara a la casa. Únicamente permitió que los vecinos le pasaran alimentos en una bolsa que él recogía utilizando una cuerda. Insistió repetidamente en que quería hablar con su amante, pero ésta impuso como condición que previamente arrojara el arma por la ventana, condición que no fue aceptada.

Ayer por la tarde se intentó engañar al secuestrador, llevando a la mujer en una camilla que transportarían dos policías uniformados de camilleros, pero también el intento resultó vano, porque él insistía en que únicamente le dejaría paso a la mujer. Consistió en cambio que saliera la muchacha de 20 años para que pudiera ver a su madre. Esta declaró que cuando la secuestró Adolfo Martínez estaba embriagado, y que durante el encierro siguió bebiendo y tomando pastillas, agregando la joven que estaba como drogado.

A última hora de ayer, la policía permanecía vigilando la zona, en la que se hallaban concentrados numerosos vecinos, y sin decidirse a intentar una acción de fuerza, ante el evidente riesgo que corría el niño que aún permanecía como rehén.

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