Tribuna:SPLEEN DE MADRID

Los Rosacruces

Lo malo del conservatismo es que no tiene fondo. Un conservador es siempre un señor que puede caerse hacia atrás como ciertos enfermos del cerebro. Puestos a retrotraerse, pueden llegar hasta los Rosacruces.O hasta los egipcios. "Poderes para vencer la enfermedad". Pero nuestros rosacruces nacionales (y todo mi respeto para los legendarios) no vencieron la enfermedad de la pobreza, las enfermedades de los pobres, en cuarenta años de faraonismo y Seguro Obligatorio de Enfermedad.

"Recursos para escapar de la pobreza", anuncian los nuevos rosacruces, que quizá se han puesto en marcha en v...

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Lo malo del conservatismo es que no tiene fondo. Un conservador es siempre un señor que puede caerse hacia atrás como ciertos enfermos del cerebro. Puestos a retrotraerse, pueden llegar hasta los Rosacruces.O hasta los egipcios. "Poderes para vencer la enfermedad". Pero nuestros rosacruces nacionales (y todo mi respeto para los legendarios) no vencieron la enfermedad de la pobreza, las enfermedades de los pobres, en cuarenta años de faraonismo y Seguro Obligatorio de Enfermedad.

"Recursos para escapar de la pobreza", anuncian los nuevos rosacruces, que quizá se han puesto en marcha en vista de que la gran mayoría no cristaliza, a Escrivá no acaban de beatificarle -y los jesuitas, desde Teilhard de Chardin y el Padre Llanos, se han vuelto rojos. Recursos, sí, para escapar de la pobreza, porque, según los-problemas-heredados, nuestra pobreza es secular. "No se requiere esfuerzo mental superior para lograr resultados cuando se conoce el procedimiento". Son los modernos rosacruces, pero, parece un programa electoral de la derecha/derecha, porque lo que más galbana le produce a la derecha/derecha es eso del esfuerzo mental.

Prefiere citar a Donoso Cortés o a Tejero. "Una fraternidad de índole no comercial, de hombres y mujeres, cuya influencia se extiende por todos los países". Parece un epílogo rosacruz a Camino, o el programa del nuevo partido liberal de Ignacio Camuñas. Los liberales, hoy, o se atienen a los nombres que están ahí, de Laín en adelante, o también pueden caerse para atrás, como los enfermos del tarro y don Pedro Schwartz, que antes tenía a Antonio Garrigues para cuando le daba el vapor, y ahora tiene a don Manuel Fraga.

Los rosacruces son huéspedes de la historia y la leyenda, pero hoy viven en el número alto de una calle madrileña, portal 9, cuarto izqda. Como un partido político pobre de cuando la transición, como la OIT, un suponer. Respeto mucho, ya digo, lo legendario y lírico/épico de los Rosa Cruz, que, además, tienen consigo a los jóvenes irracionalistas. Lo ha dicho Olvido/Alaska ex/Pegamoide:

-La Edad Media fue la mejor Edad, y muy filosófica.

Lo que pasa es que, confrontado su programa egipcio/legendario y medievalista con el de la derecha/ derecha, o el de los liberales que manufacturan los peluqueros hermanos Blanco, de Shwartz hasta Camuñas, resulta aplicable hoy y hasta progresista respecto del progresismo "rnoderado", que hubiera dicho Galdós de los impacientes políticos y clientes en general de La Fontana de Oro.

Aquí, conservadores y neoliberales, cuando se ponen marchosos, se llegan hasta los rosacruces y los egipcios, con un alto en La Fontana de Oro para refrescar el alma con rosolíes. Aparte la portalada del Hospital/Museo Municipal, Madrid conserva algunos portales de Churriguera, el hombre que exasperó/degradó genialmente el Barroco en pomporé/mordoré.

En esos portales suelen vivir los ultras, que por afán de convivencia cultural llamaremos rosacruces. (O, me mandan los libros de Correos o renuncio a ellos y cierro mi Casa Civil, engrosando el paro en un conserje, una Manuela -santa mujer- y un motorista).

El señor Lara me manda por correo normal un taco de libros importantes a casa. Ahora mola mucho decir que Rosa María Artal es una locutora provinciana. Lo que no veo por ninguna parte es una crítica de contenidos, que es lo que importa.

Por lo poco que me asomo a la caja, veo que tratan de los gais, de Rumasa, de los soldados republicanos, del aborto y de la policía (duramente).

Desde Deleuze y los estructuralistas ya sé que no se lleva la crítica de contenidos, pero la televisión no es un soneto de Baudelaire, sino un mass/media.

Los modernos rosacruces de la Oposición -Verstrynge es a los Rosacruz lo que Adolfo Domínguez a "la arruga es bella"-, prefieren fijarse en el continente: Herrero de Miñón en el continente jurídico y otros en el continente televisivo.

Con los contenidos saben que lo tienen crudo.

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