Entrevista:

"La visita de Felipe González debe tener un alto significado político"

Marruecos confía en que la visita del presidente del Gobierno español, Felipe González, permitirá impulsar las relaciones entre los dos países en todos los terrenos. Las aprensiones que los marroquíes pudieron abrigar con la llegada al poder de los socialistas en Madrid han desaparecido. El Gobierno marroquí entiende que puede cooperar perfectamente con otro de signo diferente, con mayor razón, como declarara ayer, en entrevista exclusiva a nuestro corresponsal en Rabat, el primer ministro marroquí, Maati Buabid, cuando lazos fraternales y estima recíproca unen a los dos jefes de Estado, los r...

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Marruecos confía en que la visita del presidente del Gobierno español, Felipe González, permitirá impulsar las relaciones entre los dos países en todos los terrenos. Las aprensiones que los marroquíes pudieron abrigar con la llegada al poder de los socialistas en Madrid han desaparecido. El Gobierno marroquí entiende que puede cooperar perfectamente con otro de signo diferente, con mayor razón, como declarara ayer, en entrevista exclusiva a nuestro corresponsal en Rabat, el primer ministro marroquí, Maati Buabid, cuando lazos fraternales y estima recíproca unen a los dos jefes de Estado, los reyes Juan Carlos I y Hassan II. La visita de Felipe González tiene un marcado carácter político, y los problemas de la cooperación han sido dejados para después de ella.

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Pregunta. La visita a Marruecos, a partir de mañana, lunes, de Felipe González es la primera que efectúa un presidente del Gobierno español en los últimos cinco años. La última fue la de Adolfo Suárez, en junio de 1978. ¿Cómo han evolucionado las relaciones hispanomarroquíes desde entonces?Respuesta. Las relaciones entre España y Marruecos siempre fueron privilegiadas, y han evolucionado hacia una cooperación fructuosa y amistosa. Usted no ignora la estima recíproca, la convergencia de puntos de vista y la comunión de espíritu que une a nuestros dos monarcas, sus majestades los reyes Hassan II y Juan Carlos I. Esos lazos fraternales contribuyeron a que nuestros dos países allanaran todas las dificultades que pudieron surgir.

En el plano de las relaciones económicas bilaterales, nuestra cooperación no cesa de reforzarse y crecer en beneficio de nuestros dos pueblos, sin que eso nos haya permitido hasta ahora corregir el desequilibrio de nuestros intercambios. Han surgido nuevas perspectivas económicas en el marco de la valoración de nuestros productos fosfateros en Jorf Lasfar.

En lo que concierne a la pesca marítima, nuestros dos países, conscientes de la importancia primordial de ese sector, tienden a instaurar un marco de cooperación a largo plazo, estable y global, capaz de garantizar los intereses de ambos. En el terreno turístico se han concretado proyectos precisos. Ése es un sector que puede desarrollarse aún más y que, como dijo un ministro español, se trata de una industria de la paz que podemos desarrollar de manera complementaria. Los intercambios comerciales son activos, pero se caracterizan por un progreso importante de nuestras importaciones en relación con nuestras exportaciones, lo cual deja a un déficit crónico en perjuicio de Marruecos. Este deterioro de los términos del intercambio en detrimento de Marruecos, así como algunas dificultades en materia de tránsito de nuestros productos agrícolas, nos preocupa. Estamos convencidos, sin embargo, que se encontrarán soluciones aceptables que hagan posible un nuevo dinamismo en nuestras relaciones.

Este nuevo impulso será lo que caracterice, estoy seguro, el conjunto de nuestras relaciones económicas e industriales. La visita del presidente Felipe González no dejará de constituir un impulso político necesario para que se lleven a cabo progresos significativos en todos esos sectores.

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P. ¿Las actuales diferencias de régimen suscitan algún tipo de aprensión en Marruecos?

R. No. En absoluto. No tenemos ninguna aprensión. España es un país soberano donde se ejerce un juego democrático libre. La llegada al poder del Partido Socialista Obrero Español y la elección de Felipe González como presidente del Gobierno ha sido la conclusión de ese proceso democrático. Esa es la opción del pueblo español.

Felipe González y su equipo gubernamental han adoptado una línea de conducta colocada ya desde su mismo discurso de investidura bajo el signo de la moderación y del realismo. Eso es extremadamente significativo, y los cuatro meses de Gobierno socialista están ahí para demostrar que esa línea ha sido seguida. Sea lo que sea, Marruecos y España son dos países vecinos con tantos intereses comunes y un pasado histórico tan rico que saben pertinentemente que la estabilidad y el interés del uno no pueden más que beneficiar al otro.

Pero si incluso algún excéptico abrigase aprensiones, el hecho de que Felipe González haya escogido efectuar su primera visita oficial al extranjero a Marruecos neutraliza tales inquietudes. Nosotros somos además particularmente sensibles a ese gesto altamente simbólico.

P. ¿La cooperación con vistas al año 2000, como estaba prevista con el anterior Gobierno de UCD, sigue, pues, siendo posible?

R. Marruecos coopera fructíferamente y de manera amplia con países con regímenes políticos diversos. No tenemos ningún complejo en ese terreno. Cada pueblo y cada nación escogen el régimen que les conviene. Mientras esas relaciones se desarrollen sobre la base del respeto de la soberanía, del interés mutuo y de la igualdad de derechos, no existe ningún motivo para tener reservas en mantener una amplia cooperación entre Estados de regímenes diferentes.

Además, Marruecos y España no son regímenes tan diferentes como usted da a entender, ya que ambos son dos monarquías constitucionales que tienen fe en la democracia y en el respeto de las libertades individuales y públicas. Todo nos estimula a echar las bases para una cooperación con vistas al año 2000: nuestra historia, la vecindad, nuestros lazos socioculturales, nuestros intereses económicos comunes y las relaciones entre nuestros dos soberanos. Todos esos factores nos impulsan a reforzar aún más nuestras relaciones.

Como usted sabe, nuestros dos países han emprendido conjuntamente el estudio de un proyecto grandioso, el enlace fijo entre Tánger y Algeciras, que se convertirá en el símbolo vivo de esta cooperación a muy largo plazo no sólo entre Marruecos y España, sino también entre Europa y Africa. Ni qué decir tiene que las dos comunidades, ribereñas, al norte y al sur del Mediterráneo, no tendrán más que beneficios de ellos, transformando este mar en lago de paz, según una fórmula ya consagrada.

P. ¿Qué espera entonces Marruecos de esta visita?

R. Como dije, somos muy sensibles a ella y pensamos que debe tener para nuestros dos países un alto significado político. Es la primera vez que su majestad el rey e recibirá al presidente del Gobierno socialista español y la primera vez también que yo mismo tendré el placer de acoger a Felipe González. Usted sabe hasta qué punto prevalecen con frecuencia, por no decir siempre, esos contactos humanos y directos que permiten profundizar los lazos mutuos. Son ellos los que permiten instaurar un clima de confianza real que elimine todas las hipotecas que puedan pesar coyunturalmente sobre las relaciones entre dos países llamados a entenderse.

P. En ese caso, ¿podría usted decirme por qué fue postergada la visita que debían efectuar a Madrid, el 17 de marzo pasado, tres ministros marroquíes y que ha hecho dificil que durante la visita del primer ministro español se firme el acuerdo global de cooperación?

R. La visita del presidente del Gobierno español augura una era de dinamización aún más importante de la cooperación que ya existe. El viaje de los ministros marroquíes a España fue pospuesto a una fecha posterior a la visita oficial de Felipe González a Marruecos. Se trata de un viaje diferido solamente por unas semanas. No hay que atribuir a esa postergación un significado que no tiene.

P. Por último, señor primer ministro, en su programa de Gobierno de noviembre de 1981 se menciona a Ceuta y Melilla. ¿Desearía usted suscitar ese tema con Felipe González?

R. No hemos fijado ningún orden del día para las conversaciones que vamos a sostener con motivo de la visita de Felipe González. Vamos a discutir de todos los problemas que nos interesan en un clima de franqueza y amistad que ha caracterizado a nuestras relaciones. No existiría en ello ninguna cuestión tabú.

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