Cartas al director

Réplica de Jacobo Muñoz

En relación con la carta del doctor Oswaldo Market a propósito de mi titulación profesional publicada en EL PAIS en su edición del pasado 23 de marzo, creo conveniente puntualizar lo siguiente: en Madrid existen tres universidades en las que desarrollan su docencia ocho catedráticos de Historia de la Filosofía cuanto menos.Concretamente, en la Complutense hay una cátedra antigua -de la que es titular el doctor Market- y dos agregaciones de! nueva creación, siendo yo el titular de la primera de ellas, con la particularidad de que la equiparación funcional entre una y otra es hoy, a todos los ef...

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En relación con la carta del doctor Oswaldo Market a propósito de mi titulación profesional publicada en EL PAIS en su edición del pasado 23 de marzo, creo conveniente puntualizar lo siguiente: en Madrid existen tres universidades en las que desarrollan su docencia ocho catedráticos de Historia de la Filosofía cuanto menos.Concretamente, en la Complutense hay una cátedra antigua -de la que es titular el doctor Market- y dos agregaciones de! nueva creación, siendo yo el titular de la primera de ellas, con la particularidad de que la equiparación funcional entre una y otra es hoy, a todos los efectos, absoluta.

Por otra parte, dadas las expectativas legales de ingreso inminente de los agregados en el cuerpo de catedráticos, parece razonable pensar que la incomprensible discriminación hasta ahora existente entre los catedráticos y esos cate.. dráticos de sengunda que han venido siendo los agregados -que han obtenido su plaza a través de un concurso-oposición idéntico en todo al de los viejos catedráticos- toca a su fin.

Convendría, pues, que el doctor Market -que tanto se ha aferrado a esa discriminación desde mi incorporación a la Complutense en 1979- fuera haciendo una detenida lectura, en su caso, como en el de tantos otros representantes de una universidad periclitada, sin duda sumamente malencólica, de la legislación en marcha.

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Estoy de acuerdo, de todos modos, en que conviene disipar todo equívoco. Y en este sentido, me apresuro a subrayar que nada tengo que ver con ninguna de las connotaciones profesionales del doctor Market, muy conocidas también ellas en los medios acadérnicos. En el supuesto remoto de que alguien cometa el error de interesarse por ellas, le remitok a la única obra publicada por el doctor Market en 35 años de labor profesional: La dinámica del saber (Madrid: Rialp, 1960). Aprenderá no poco de los niveles a que pudo llegar a moverse la filosofía oficial española en los años -para algunos dorados- de la autarquía, por decirlo piadosamente. /

Madrid.

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