Incapacidad política para afrontar los hechos

Lo más que puede decirse, tanto de la derecha ganadora como de la izquierda, que ha perdido la primera ronda de las elecciones municipales, es que ambas padecen de una especie de devaluación notable en materia de imaginación y de capacidad para afrontar los hechos.Algunos comentaristas se divertían ayer comparando las reacciones y explicaciones que, en la noche electoral del domingo, ofrecía todo el personal político al comentar los resultados con las que se escucharon en la velada electoral municipal de hace seis años.

Entonces, los papeles eran inversos. Quien ganó fue la izquierda, q...

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Lo más que puede decirse, tanto de la derecha ganadora como de la izquierda, que ha perdido la primera ronda de las elecciones municipales, es que ambas padecen de una especie de devaluación notable en materia de imaginación y de capacidad para afrontar los hechos.Algunos comentaristas se divertían ayer comparando las reacciones y explicaciones que, en la noche electoral del domingo, ofrecía todo el personal político al comentar los resultados con las que se escucharon en la velada electoral municipal de hace seis años.

Entonces, los papeles eran inversos. Quien ganó fue la izquierda, que estaba en la oposición, y quien perdió fue la derecha, que gobernaba el país.

Pues bien, en seis años de trajín político, con un cambio socialista por medio, lo que dijeron los vencedores de entonces, los socialistas, ahora lo han repetido, con puntos, paréntesis y comas, los mismos socialistas desde su rincón de perdedores.

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Por ello, los más extremistas de la mayoría gobernante de hoy, como el minoritario partido (PSU), comentaban ayer que la derrota socialista hace preguntarse "si hay alguna diferencia entre la derecha y la izquierda".

Los responsables del Estado y de los partidos de izquierdas no han abusado de los hechos, es decir, de las cifras. Tanto el líder comunista, Georges Marchais, como el socialista, Lionel Jospin, han creído conveniente decir a los franceses que "la campaña excesiva de la derecha" es la razón explicativa de los resultados adversos.

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En la acera de enfrente, el estribillo fue el mismo que escuchan los ciudadanos votantes desde que la derecha perdió el Estado en 1981: "Los franceses no han querido cambiar de sociedad".

La Prensa favorable a la oposición conservadora liberal se ha portado como viene haciéndolo desde que, hace dos años, llegó al poder el socialismo: como un militante honrado que en el veredicto de las urnas del domingo ha visto "el naufragio de la izquierda".

Los medios más sensibles al socialismo son los que han mantenido el tipo de manera más periodística. Así, los diarios Le Monde y Liberation alertan sobre "la fragilidad de la situación" o sobre "la devaluación de la izquierda".

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