Cartas al director

Tensiones entre funcionarios policiales

Ha causado extrañeza en la ciudadanía la noticia que en fecha reciente ha aflorado a la Prensa periódica sobre una supuesta tensión existente entre funcionarios del Cuerpo Superior de Policía y numerosos jefes y oficiales de la Policía Nacional procedentes del Ejército de Tierra.Estos últimos, y siguiendo el hilo de la noticia, han amenazado con reintegrarse al colectivo castrense, del que entiendo no debían haber salido, puesto que el militar de carrera debe ser un enamorado ¡de su profesión, un amante de la misma; en definitiva, un vocacional, y este requisito no se cumple cuando voluntariam...

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Ha causado extrañeza en la ciudadanía la noticia que en fecha reciente ha aflorado a la Prensa periódica sobre una supuesta tensión existente entre funcionarios del Cuerpo Superior de Policía y numerosos jefes y oficiales de la Policía Nacional procedentes del Ejército de Tierra.Estos últimos, y siguiendo el hilo de la noticia, han amenazado con reintegrarse al colectivo castrense, del que entiendo no debían haber salido, puesto que el militar de carrera debe ser un enamorado ¡de su profesión, un amante de la misma; en definitiva, un vocacional, y este requisito no se cumple cuando voluntariamente se abandona esta institución para integrarse en otra, cual es la policial, tan honrosa como la primera, pero cuya formación, funciones, actuaciones, competencias, medios y procedimientos son notablemente diferentes.

El motivo de la tensión ha sido, al parecer, una orden dictada por el titular de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, por la que los oficiales militares deberían quedar subordinados a los funcionarios de policía, civiles responsables del 091.

Un criterio elemental de organización tiene su fundamento en que toda persona integrada en un servicio debe quedar subordinada al responsable del mismo, tanto más si éste es de los llamados de intervención inmediata de apoyo al ciudadano, en donde las órdenes deben ser cumplidas sin ningún tipo de fiscalización o inspección -lógicamente, dentro del cuadro de actuación que el ordenamiento juríodico permite- y los que las ejecutan no son recaderos de nadie, sino simples profesionales pagados por el pueblo que deben buscar en todo momento la eficacia policial. Por eso sorprende que una orden de una lógica meridiana, dictada por el comisario Merino de la Hoz, haya tenido que ser, al parecer, enmendada por una autoridad superior, debido a unas presiones que nada tienen que ver con la búsqueda de esa mayor eficacia y de ese mejor servicio al ciudadano.

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Subyace seguramente, en este caso concreto, algún problema más profundo, posiblemente relacionado con la nueva organización policial, planteada en su programa electoral por el partido en el Gobierno y que va a ser articulada en dos. principales pilares: a) la unificación de los cuerpos de policía, evitando así la dispersión existente, de la que estas tensiones son un ejemplo evidente, y b) la desmilitarización de los antedichos cuerpos, pues resulta anacrónico que en un país democrático con un cierto desarrollo, que pretende integrarse en la CEE, más del 90% de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tenga carácter militar (en este sentido, Guardia Civil y Policía Nacional) y menos de un 10% sea civil, pues sólo el Cuerpo Superior de Policía tiene, de momento, este carácter, con la problemática, tanto en el plano nacional como internacional, que esta situación conlleva. Es evidente, pensando también en una homologación internacional y en el cumplimiento del Cuerpo Superior de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional, que no debe hacerse pensando en unos criterios numéricos, cuales son que el colectivo más numeroso debe absorber al menos nutrido, sino en base a unos planteamientos filosófico-sociales o políticos más profundos, es decir, en base a que la policía civil debe quedar constituida por ambas corporaciones y de ésta deben desaparecer las jerarquías, modos y planteamientos de matiz castrense.

Concluyendo, regresen, señores oficiales militares, al arma a la que pertenecen para dejar paso a la creación de una policía del Estado totalmente civil, moderna y al servicio de nuestro pueblo. / José Tordable.

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