Alfonso Guerra,

vicepresidente del Gobierno, no quiso perderse un año más los carnavales de Cádiz. El pasado fin de semana pudo disfrutar de fiesta callejera junto al diputado socialista gaditano, Manuel Chaves, y sus respectivas familias, entremezclándose como un ciudadano más entre los grupos de máscaras y deteniéndose a escuchar en cualquier rinconcito las coplas satíricas de los coros, comparsas y chirigotas que animan esta fiesta popular. En todo caso; la vigilancia policial fue muy discreta. Felipe Alcaraz, secretario general de los comunistas andaluces, también quiso estar presente, y así...

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vicepresidente del Gobierno, no quiso perderse un año más los carnavales de Cádiz. El pasado fin de semana pudo disfrutar de fiesta callejera junto al diputado socialista gaditano, Manuel Chaves, y sus respectivas familias, entremezclándose como un ciudadano más entre los grupos de máscaras y deteniéndose a escuchar en cualquier rinconcito las coplas satíricas de los coros, comparsas y chirigotas que animan esta fiesta popular. En todo caso; la vigilancia policial fue muy discreta. Felipe Alcaraz, secretario general de los comunistas andaluces, también quiso estar presente, y así se paseó sin disfraz y a cara descubierta. No todo han de ser políticos en este carnaval, quizá los más criticados desde la letrilla popular. En Cádiz revoloteó la sombra mefistofélica del poeta Carlos Edmundo de Ory, devuelto por unos días a su tierra natal, según informa José Angel Bermejo.

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