Entrevista:

"Consolidaremos el carácter público de la Telefónica"

La creación de empleo mediante una utilización eficaz de las grandes dotaciones para inversiones con que cuenta el departamento; la coordinación -que no fusión- de los servicios de teléfonos, correos y telégrafos; la supeditación a una misma política de los distintos medios de transporte (terrestres, aéreos y marítimos), y la desestacionalización del turismo son las principales líneas maestras que piensa desarrollar el nuevo ministro de Transportes y Comunicaciones, Enrique Barón.

El ministro, en unas declaraciones a este diario, pormenoriza los distintos objetivos de su departamento: "...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La creación de empleo mediante una utilización eficaz de las grandes dotaciones para inversiones con que cuenta el departamento; la coordinación -que no fusión- de los servicios de teléfonos, correos y telégrafos; la supeditación a una misma política de los distintos medios de transporte (terrestres, aéreos y marítimos), y la desestacionalización del turismo son las principales líneas maestras que piensa desarrollar el nuevo ministro de Transportes y Comunicaciones, Enrique Barón.

El ministro, en unas declaraciones a este diario, pormenoriza los distintos objetivos de su departamento: "Es necesario consolidar el carácter público de la Compañía Telefónica de España, y para ello el paso previo, es empezar a ejercer la mayoría de capital dentro del consejo de administración. Ello no implica que el Estado tenga que ampliar su participación en el capital de la empresa. A nadie le extraña que en las sociedades privadas se ejerza el control de las mismas por parte de grupos concretos, que en la mayoría de los casos no tienen la posesión del 15% de las acciones, pero cuando se trata de que el Estado haga lo mismo no basta con tener un 49%, sino que se pretende una mayoría lo más cercana posible al ciento por ciento".Pregunta. Del Ministerio de Transportes y Comunicaciones dependen tanto la propia Telefónica como la Dirección General de Correos, hoy descoordinadas, aunque supongan duplicidades en muchos casos.

Respuesta. El contrato con Telefónica está vencido y se está reestudiando. Lo normal es que vayamos a una prórroga limitada del actual a la espera de la ley general de Comunicaciones. Una vez que se recupere el carácter público de la Telefónica se puede empezar a pensar en lograr algún tipo de coordinación entre organismos o empresas que realizan funciones complementarias. El modelo francés, en el que se hallan unidas tanto las funciones de correos como las de teléfonos y telégrafos en un solo organismo, está en la actualidad superado y hay que buscar otro alternativo.

Hay que llevar una política de coordinación no sólo para evitar duplicidades innecesarias, sino para desarrollar una política de inversiones más racional. No se puede entender que en una oficina de la Caja Postal de Ahorros o de correos no haya instalaciones telefónicas de servicio al público.

P. Ello implica, pues, que se aleja tanto la posibilidad de crear un ente único para todos estos servicios como el acercamiento que se proponía de la Caja Postal al conjunto del crédito oficial.

R. Los problemas legales que una fusión de este tipo implicaría no justifican una decisión así, al margen de que el modelo parece no ser el deseable en este momento. Por otro lado, las coordinación entre la Caja Postal y el crédito oficial va a ser mayor que ahora. El ICO va a nombrar un consejero para ello. Pero la Caja Postal se conservará como independiente de la banca oficial y unida a la Dirección General de Correos, de la que depende. Ello no significa que no se vaya a modificar el estatuto de la Caja, que necesita variaciones sustantivas para convertirla en una entidad financiera competitiva .

P. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que tiene competencias también sobre la actividad turística, parece haberse formado por aluvión.

R. El ministerio ha nacido muy recientemente y ha sido creado a partir de distintas agregaciones de otros departamentos: Obras Públicas, Ministerio del Aire, Turismo. No obstante, todas ellas son actividades relacionadas cuya filosofía debe centrarse en la relación transportes-comunicaciones y en el turismo como fórmula de conseguir u a sociedad más moderna y más libre. Este ministerio tenía una cabeza muy débil para un cuerpo de gigante, ya que concentra a las mayores empresas y servicios del país. Estarnos esforzándonos para unificar los centros de decisión y así se entiende la existencia de una subsecretaría única.

La importancia del Ministerio de Transportes y Comunicaciones viene de las relaciones directas que tiene con importantes empresas: Renfe, Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve), Metro de Madrid y Caja Postal, que de pende de la Dirección de Correos. Además, existen otras empresas cuya relación con el ministerio, aunque indirecta, no es menos importante: Trasmediterránea, Aucona, Telefónica, Aldeasa, Secegsa, Iberia, Aviaco, Elcano, Transatlántica y Secoinsa. El ministerio tiene que ejerce 1 r algún tipo de presión sobre ellas.

P. Se ha hablado de la posibilidad de crear un holding del transporte.

R. No se trata de hacer un holding del transporte en el que se integraran las compañías de transporte aéreo, marítimo y por ferrocarril. Pero parece innegable que hay que acabar con los parcialismos y las decisiones que no se coordinan. Es preciso que los responsables de cada una de estas empresas conozcan a las demás para acabar con decisiones antieconómicas. La idea de coordinación es imprescindible. El Ministerio de Transportes sólo tiene competencias sobre algunas de ellas. He llevado al Consejo de Ministros la propuesta de que, si bien no se puede pedir que desde aquí se nombre a los máximos responsables de estas últimas, sí se cuente con el departamento a la hora de nombrarlos. Además, es mi intención que los máximos responsables de cada una de las empresas del transporte sean consejeros a su vez de alguna de las otras. Así se podrá decidir con mayor rigor las necesidades concretas del transporte y el mejor modo de acometerlas. Los planes de inversiones y financieros de cada una de estas empresas deben ser conocidos y coordinados por este ministerio.

P. Tanto el departamento como las empresas que dependen directamente de él tienen unos fuertes planes de inversión.

R. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones es, por volumen, el segundo de los departamentos, detrás de Obras Públicas y Urbanismo. Por realizaciones es el primero, sin duda. Y ello incide directamente en el empleo. No tanto porque se estén creando puestos de trabajo con las inversiones en marcha, cuanto porque mantienen los existentes. Para 1983 las previsiones que tenemos son invertir, entre el ministerio y las empresas, del orden de 362.000 millones de pesetas. De ellos 110.000 correrán a cargo del ministerio, y el resto, a cuenta de las empresas.

P. Renfe es, además de una empresa claramente inversora, un foco de problemas permanente por sus elevadas cargas financieras.

R. En el caso de Renfe hay que diferenciar las inversiones en infraestructura viaria y las que correspondan a la mera gestión del transporte por ferrocarril. No se pueden cargar al pasivo de Renfe las cargas financieras derivadas de las necesidades de un servicio público que debe tener su reflejo presupuestario claro. De los 122.000 millones de pesetas que tiene previsto invertir en Renfe en 1983, 75.000 millones corresponden a infraestructura.

Las cargas financieras que soporta Renfe en la actualidad son elevadas por estas razones. Si se deslindan los campos con nitidez desaparecerán buena parte de esos problemas. No obstante, hay que conocer la realidad de las cargas financieras que pesan sobre Renfe y a partir de ahí su margen de inversión, que no es muy grande.

P. La empresa de ferrocarriles ha sido siempre una cantera de políticos y un buen refugio.

R. El actual es el primer Gobierno en el que no hay ningún ministro procedente de Renfe, y a la vez es la primera vez en que el presidente de la empresa no es un político. El presidente es un gestor desligado de la actividad política, y queremos continuar por esa vía. Es preciso simplificar el organigrama y despolitizar la empresa, ya que hay muchos responsables políticos que se re fugiaron en Renfe cuando perdieron sus cargos.

P. El ministerio tiene también competencias sobre el turismo, que sigue siendo la primera industria nacional.

R. En materia turística hay que caminar hacia la realización de un plan de desestacionalización de la oferta para conseguir una mayor cobertura a lo largo del año en lugar de basarnos en los meses veraniegos. Para ello es posible que la alternativa a manejar sea adoptar medidas fiscales con los grandes tour operators, que canalizan la mayor parte del tráfico de turistas hacia España.

Las medidas fiscales que se pueden tomar irían por la vía de la imputación de resultados en función del tiempo en que se obtengan; al tiempo, hay que negociar con instituciones importantes de otros países, como los sindicatos, que tienen amplias posibilidades a la hora de actuar sobre los períodos de vacaciones.

Debemos llevar a cabo una orientación selectiva de mercados sobre los que no estamos. No será posible conseguir grandes cifras de estos mercados, el japonés y el estadounidense por ejemplo, y tampoco interesa mucho hacerlo, pero sí se pueden conseguir mayores entradas de divisas por viajero de estos países.

Para ello hay que presentar ofertas diferenciadas, entre las que debe destacar el aprovechamiento de patrimonio cultural y artístico nacional.

Archivado En