Tribuna:

Aumentan los síntomas de debilidad

Las dificultades que están encontrando los representantes empresariales y sindicales para alcanzar un acuerdo sobre horarios e incrementos salariales durante el presente año están poniendo nerviosos a una buena parte de los inversores, hasta el punto de que las órdenes vendedoras han comenzado a llegar a los distintos corros con una notable fluidez, dando al traste con los intentos de recuperación apuntados durante la semana anterior.Este inicio de comentario bursátil se correspondería con una concepción clásica del mercado de valores, y sin dejar de ser real, intenta justificar una profundida...

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Las dificultades que están encontrando los representantes empresariales y sindicales para alcanzar un acuerdo sobre horarios e incrementos salariales durante el presente año están poniendo nerviosos a una buena parte de los inversores, hasta el punto de que las órdenes vendedoras han comenzado a llegar a los distintos corros con una notable fluidez, dando al traste con los intentos de recuperación apuntados durante la semana anterior.Este inicio de comentario bursátil se correspondería con una concepción clásica del mercado de valores, y sin dejar de ser real, intenta justificar una profundidad en los criterios por los que se rige la operativa diaria, que dista bastante de la realidad.

El desánimo entre los inversores, la falta de pujanza de los valores bancarios y los temores surgidos respecto a las operaciones de concentración cantadas en el sector eléctrico, componen una serie de razones lo suficientemente importantes como para que los tenedores de títulos se hayan lanzado por el camino de su realización.

En el sector eléctrico se plantearon unas ventas genéricas promovidas por algunos grupos institucionales que habían venido tomando estos títulos en las reuniones precedentes, y cuya intención no quedaba demasiado clara. Una primera impresión podría llegar al convencimiento de que tan sólo se trata de una realización de beneficios lógica, tras un período de alzas, justificado tan sólo por unas expectativas de difícil cuantificación. En este sentido, la atención de los inversores continuó centrada sobre Hidro-Cantábrico, que cedía posiciones como consecuencia de una importante presencia vendedora que, según algunas estimaciones, superó los 25.000 títulos, una buena parte de los cuales correspondían a una entidad bancaria concreta embarcada en compras en este sector. Por su parte, Eléctricas Reunidas de Zaragoza observó una trayectoria desconcertante en el mercado madrileño. Tras unos momentos iniciales en los que parecía que se iba a señalar posición dinero sin operaciones al 78%, comenzó a llegar papel desde el mercado barcelonés, donde cotizaba más caro, y al cierre quedaban algunas órdenes vendedoras pendientes de cumplimentar.

Sin embargo, algunos especialistas, tradicionalmente considerados cómo depositarios de información de primera mano, hacían guiños cómplices entre sí a la vista de estas evoluciones. En su opinión, existen otras operaciones, posiblemente más inmediatas en el tiempo que las que se están barajando, y que apuntan por una reestructuración del mercado eléctrico catalán. En cuanto al grupo bancario, la sumisión a su gris futuro bursátil inmediato parece estar perfectamente encajado por los representantes del sector. Esta es, al menos, la explicación que ayer se daba al tibio comportamiento de estos valores en las salas de contratación. La oferta resultó, al menos según los saldos conocidos, extraordinariamente modesta, y, sin embargo, algunas bajas se intercalaron con prudentes repeticiones. Para algunos especialistas, detrás de esta timidez se esconde la convicción de que en próximas semanas tendrán que emplearse a fondo en estrategias defensivas para preservar los precios de sus acciones del ataque de los vendedores, una vez que hayan satisfecho sus dividendos.

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