Concentración en Madrid en favor de los 42 despedidos de Sevilu

Unas quinientas personas participaron en la tarde de ayer en la concentración celebrada en la plaza Tirso de Molina de Madrid, en favor de los 42 despedidos -de una plantilla de 75 personas- de la empresa de confección Sevilu, radicada en el polígono industrial de San Fernando de Henares (Madrid). Esta es la segunda manifestación que se produce, en un intento de presionar en busca de la solución a un conflicto cuyo saldo son tres meses de huelga, más de la mitad de la plantilla despedida y una situación de cierre patronal.El pasado 2 de diciembre, unas 3.000 personas se manifestaron en la loca...

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Unas quinientas personas participaron en la tarde de ayer en la concentración celebrada en la plaza Tirso de Molina de Madrid, en favor de los 42 despedidos -de una plantilla de 75 personas- de la empresa de confección Sevilu, radicada en el polígono industrial de San Fernando de Henares (Madrid). Esta es la segunda manifestación que se produce, en un intento de presionar en busca de la solución a un conflicto cuyo saldo son tres meses de huelga, más de la mitad de la plantilla despedida y una situación de cierre patronal.El pasado 2 de diciembre, unas 3.000 personas se manifestaron en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz para pedir la readmisión de los despedidos. El comité denuncia que, en la actualidad, los trabajadores que no han secundado la huelga prestan sus servicios en otros talleres que la empresa tiene en Madrid.

El conflicto se inició el 18 de octubre de 1982 como consecuencia del despido de un administrativo de la empresa, que había denunciado la supuesta irregularidad detectada en las hojas de salario, en las que se incluía -según fuentes laborales- parte del salario en concepto de locomoción y manutención para evitar su cotización a la Seguridad Social. Este concepto venía siendo satisfecho anteriormente por recibo aparte.

Por su lado, un portavoz de la empresa negó estas imputaciones y, tras afirmar que el tema había sido resuelto por la Inspección de la Seguridad Social, subrayó que el despido obedecía a la repetida falta de rendimiento en el trabajo y no a otros motivos.

Más de cuarenta trabajadores de los 75 de plantilla iniciaron una huelga para solicitar la readmisión de los despedidos y, desde el pasado 19 de octubre, han permanecido, por turnos, a las puertas de la fábrica. El 12 de noviembre el conflicto entró en una fase de radicalización, al producirse ligeros enfrentamientos entre trabajadores en huelga y fuerzas de la Guardia Civil, cuando aquéllos trataban de impedir la salida de material. A su vez, algunos de los trabajadores que no secundaron la huelga denunciaron agresiones e insultos por parte de los piquetes de huelguistas.

Cierre patronal

Cinco días después la dirección de Sevilu presentó una solicitud de cierre patronal, "hasta tanto no se solucionen las presiones y falta de seguridad en que desarrollan su trabajo los 33 trabajadores que no secundan la huelga". Para el comité de empresa, el cierre patronal viene determinado por que la huelga la secundan los trabajadores de producción, lo cual hace inútil que la empresa siga abierta. Asimismo, aducen la falta de liquidez de la empresa para hacer frente a los compromisos contraídos con proveedores y otros acreedores, situación -argumentan- que es anterior al conflicto.Las negociaciones mantenidas hasta el momento no han tenido ningún tesultado, a pesar de la mediación de la Dirección General de Trabajo. Los trabajadores exigieron que la oferta empresarial de readmitir a treinta de los 42 despedidos contase Con las suficientes garantías y que las doce personas que quedarían, definitivamente despedidas -entre ellas, los cinco miembros del comité de empresa- contasen con indemnizaciones de 45 días de salario por año trabajado.

El comité acusa a la empresa de falta de voluntad negociadora. El pasado día 11 la Magistratura de Trabajo dictó la readmisión del administrativo que fue objeto del primer despido, hecho que provocó el conflicto. Sin embargo, este trabajador recibió tres días después una nueva notificación de despido, basada en que se había sumado a la huelga que mantienen sus compañeros. El juicio por los demás despidos aún no se ha celebrado.

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