Cartas al director

Crítica al crítico de teatro

Terminadas las representaciones de mi obra teatral Flor de otoño, en el teatro Español de Madrid, y para que no se me tache de oportunista o de buscar publicidad indirecta, me creo en el deber de escribir esta carta pública ahora, en contestación al comentario crítico que hizo en su día a mi obra (16 de diciembre pasado) Haro TecgIen.Debo, en primer lugar, agradecer a Haro la extensión y prolijidad de su crítica, la inclusión de fotografias, etcétera, que revelan el interés con que acogió la obra y el espectáculo. Pero lo que me interesa ahora recalcar es mi disentimiento total respecto...

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Terminadas las representaciones de mi obra teatral Flor de otoño, en el teatro Español de Madrid, y para que no se me tache de oportunista o de buscar publicidad indirecta, me creo en el deber de escribir esta carta pública ahora, en contestación al comentario crítico que hizo en su día a mi obra (16 de diciembre pasado) Haro TecgIen.Debo, en primer lugar, agradecer a Haro la extensión y prolijidad de su crítica, la inclusión de fotografias, etcétera, que revelan el interés con que acogió la obra y el espectáculo. Pero lo que me interesa ahora recalcar es mi disentimiento total respecto a su juicio desfavorable sobre el montaje y la interpretación de mi obra. Me creo en la obligación de declarar -como he hecho en varias entrevistas radiofénicas y periodísticas- que me siento plenamente satisfecho del trabajo que sobre mí obra hicieron Antonio Díaz Zamora, el director; Carlos Cytrynowski, escenógrafo; Carlos Peris y Montserrat Salvador, como protagonistas, y los restantes actores, que dieron una prueba de su honradez profesional y buen hacer al público madrileño. Público que noblemente, y con absoluta independencia del juicio de Haro TecgIen, aplaudió y hasta ovacionó la obra e intérpretes durante los días en que estuvo representándose, llegando en cierta ocasión a increpar duramente al propio Haro. Quiero hacer llegar ahora -terminada la corta temporada de representaciones- mi aplauso fervoroso a todos ellos y mi agradecimiento incondicional a su labor, que hago extensiva a los teatros de la Diputación de Valencia por su noble labor descentralizadora y generosa (cosa que Haro tampoco parece reconocer, a juzgar por el terrorismo crítico que viene utilizando). Quiero también, por último, dar las gracias a ese público madrileño, verdaderamente justo y maduro, que tuvo la valentía de asistir al teatro Español y aplaudir con entusiasmo, cuando el crítico de EL PAIS se desveló por dinamitar el espectáculo, con la sana intención de alejar al público del teatro. /

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