Tribuna:

Discreta contención a las bajas

La semana bursátil ha terminado con unas reuniones en las que se ha conseguido quebrar la amenazante tendencia negativa apuntada el pasado jueves, gracias al esfuerzo de las eléctricas, la aportación de Telefónica, el respiro que se permitían los valores bancarios y, sobre todo, las importantes mejoras que experimentaban las cotizaciones de petróleos.La posibilidad de que las eléctricas iniciasen la pendiente descendente que desde algunos medios se les había vaticinado tras el pago de sus dividendos ha actuado como un freno para los vendedores, que se mostraban sustancialmnte menos agresivos e...

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La semana bursátil ha terminado con unas reuniones en las que se ha conseguido quebrar la amenazante tendencia negativa apuntada el pasado jueves, gracias al esfuerzo de las eléctricas, la aportación de Telefónica, el respiro que se permitían los valores bancarios y, sobre todo, las importantes mejoras que experimentaban las cotizaciones de petróleos.La posibilidad de que las eléctricas iniciasen la pendiente descendente que desde algunos medios se les había vaticinado tras el pago de sus dividendos ha actuado como un freno para los vendedores, que se mostraban sustancialmnte menos agresivos en sus actuaciones del día. Paralelamente, los compradores atendían a estos estímulos y decidían probar suerte y adquirir pequeñas partidas de títulos, contando con poder obtener plusvalías fáciles y rápidas a lo largo de las próximas reuniones.

En el grupo bancario se observó una apreciable reducción en los saldos vendedores, cuyo resumen genérico sólo alcanzó los 60.000 títulos. Hispano y Popular llegaron incluso a presentar diferencias positivas -5.386 títulos en el caso del primero y 5.609 el segundo-, circunstancia que aprovecharon para mejorar los precios de sus acciones. A esta corriente positiva se sumó el Vizcaya, a pesar de que su posición formal en la caja del mercado madrileño era discretamente vendedora. El resto de los grandes bancos optó por la prudencia, y sus cambios repetían las mismas posiciones de la reunión anterior.

Entre los especialistas ha comenzado a cundir la convicción de que los bancos van a intentar poner freno, en la medida de sus posibilidades, a los procesos bajistas que les amenazan. La escasa brillantez de los resultados que presentarán en sus respectivas juntas de accionistas -en principio, sólo se cuenta con el Vizcaya a la hora de las sorpresas agradables-, junto con el efecto que produzcan los respectivos descuentos de los próximos dividendos, pueden colocar los precios de las acciones de algunas de estas entidades en situaciones incómodas.

La cota del 200% está muy próxima a las actuales cotizaciones de varias de estas entidades. Hasta ahora se ha venido considerando como un bastión irrenuncible a defender contra los embates de los vendedores. Aunque posiblemente esta estrategia tenga que ser revisadla por algunas entidades, los hagiógrafos bursátiles ya han comenzado a establecer en las proximidades del mes de mayo los inicios de una reacción de cierta consistencia en el mercado.

En cuanto al valor estrella de las reuniones, CEPSA, ha concentrado una notable inquietud compradora. La justificación de estas órdenes no quedaba muy clara para un buen número de especialistas, pero lo que sí pudo observarse fue la existencia de un notable interés por parte de ciertos grupos en apresurar la marcha alcista de estos tíltulos.

La diferencia de precios que se generaba entre las cuatro bolsas en las acciones de petróleos -70% en Madrid y Bilbao, 70,5% en Valencia y 71,5% en Barcelona- producía un amplio margen para las operaciones de arbitraje (esto es, la compra de títulos en el mercado donde están mas baratos y su venta inmediata en el que presenta unos precios más altos). Aparte de esto, nadie era capaz de aportar una justificación suficiente para estas subidas.

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