El contraespionaje británico vigiló a dos de sus dirigentes
El servicio británico de contraespionaje, MI-5, persuadido de que en el nivel más alto de su dirección se había infiltrado un espía, estuvo espiando a dos de sus más altos responsables para tratar de identificar a un traidor, según informaba ayer el semanario Sunday Times.
La revista, citando párrafos del libro Un problema de confianza, de Nigel West, no precisa las conclusiones a que se llegó tras la investigación.
El libro, cuya publicación acaba de ser autorizada por la justicia británica, tras haber obligado a que se hiciesen unas treinta modif...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El servicio británico de contraespionaje, MI-5, persuadido de que en el nivel más alto de su dirección se había infiltrado un espía, estuvo espiando a dos de sus más altos responsables para tratar de identificar a un traidor, según informaba ayer el semanario Sunday Times.
La revista, citando párrafos del libro Un problema de confianza, de Nigel West, no precisa las conclusiones a que se llegó tras la investigación.
El libro, cuya publicación acaba de ser autorizada por la justicia británica, tras haber obligado a que se hiciesen unas treinta modificaciones, precisa que uno de los dos responsables del MI-5 vigilados por su propio servicio era Graham Mitchell, que en la época en la que se llevó a cabo la investigación era director general adjunto del servicio de contraespionaje, pero no revela la identidad del otro dirigente "por razones legales".