Tribuna:SPLEEN DE MADRID

El regeneracionismo

La otra noche, en el sereno pulso electoral, cuando toda España cabía entre el flequillo de Jesús Hermida y la corbata beatle (todavía) de Lalo Azcona, lo que se enfrentaba eran dos regeneracionismos: el regeneracionismo de izquierdas y el regeneracionismo de derechas. Cellorigo, Lucas Mallada, Macías Picavea, Costa, el arbitrismo (que hoy se llama ingeniería social: Fraga) contra el psocialismo, que es un regeneracionismo de izquierdas que no ha ido a la escuela de la Institución Libre de Enseñanza, pero hereda de ella una idea moral de la política. ...

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La otra noche, en el sereno pulso electoral, cuando toda España cabía entre el flequillo de Jesús Hermida y la corbata beatle (todavía) de Lalo Azcona, lo que se enfrentaba eran dos regeneracionismos: el regeneracionismo de izquierdas y el regeneracionismo de derechas. Cellorigo, Lucas Mallada, Macías Picavea, Costa, el arbitrismo (que hoy se llama ingeniería social: Fraga) contra el psocialismo, que es un regeneracionismo de izquierdas que no ha ido a la escuela de la Institución Libre de Enseñanza, pero hereda de ella una idea moral de la política. Felipe no ha ganado a Fraga, sino don Francisco Giner de los Ríos a Maeztu. Jovellanos a Vázquez de Mella.Guido Bruner, embajador (por fin estuve en la Embajada alemana), sonríe cuando las marquesas circunstantes le llaman a lo de Felipe "la dictadura del proletariado".

-Los bancos le han dado mucho dinero a Felipe -les digo a las marquesas circunstantes / decadescentes-; los bancos no son tontos y, si han invertido en democracia, les interesa que la democracia funcione para que la inversión sea rentable.

Carmen Garrigues ha votado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, calle: de Serrano, y dice que las señoras llegaban muy ahogadas preguntando si se habrían acabado las papeletas de AP. "Tranquilas, señoras, que sobran". A Carmen Garrigues le acumula sucesivas bellezas, sobre su belleza de todas las noches, la noche electoral, Juan Garrigues me asegura que él está. en la pomada:

-Yo he pasado la línea de Arturo Soria, que es la que hay que pasar, y sé cómo está la cosa fáctica.

Las marquesas decadescentes critican a Laín y Tovar por haber pedido el voto para el PSOE. Bruner, lúcido y entrañable, me sonríe y se sonríe: "Schmidt ha preferido retirarse a,quedar el segundo", me dice. Elenas pasan, Teresas quedan. Los hombres de los auriculares como orinales nos dan la quiniela provincia, por provincia. Lalo / Hermida le hacen demasiadas preguntas a Landelino Lavilla, que usa todas las palabras sobrantes para explicar una muerte anunciada. El embajador Saca champán: "Los autonómicos, vascos y catalanes, van a hacer de centro, ahora que el centro se ha hundido", me dice. Efectivamente, estos periféricos -y me parece muy bien- van a ser las bisagras que hagan funcionar la bipolarización, los hombres / engranaje. Un grupo de invitados echa sus cuentas delante del televisor. Carmen Garrigues tiene una idea para el Senado:

-El Senado, que no se sabe para qué sirve, debiera hacer política ecológica.

El embajador nos cuenta que los ecológicos alemanes no están claros todavía como fuerza política. Le recuerdo que son la herencia ácrata del 68. Qué lejos España de todo eso. Aquí no tia habido una revolución jamás, ni siquiera una revolución cultural, como la de aquel mayo. Nos hemos quedado, como proyecto, en la regeneración. El regeneracionismo de la derecha ha acabado siempre en caciquismo, hasta Gil Robles. El regeneracionismo de la izquierda pierde la cabeza con la decapitación de Marianita Pineda. Fue como si se le hubiera caído la peluca a Jovellanos. O el sombrero duro a Azaña. (Que también se les cayeron.) Ahora, Felipe lo va a intentar de nuevo, sobre un rastro de cabezas, pelucas, sombreros, frustraciones y asonadas. Hasta la reunión llega la noticia de la muerte de Eugenio Montes. Fue un ilustrado del despotismo. Nadie ha hablado de revolución. Sólo la vieja palabra, regeneración. Pero Ferrer-Salat da un plazo para que se haga en cien días lo que otros no hicieron en cien años. ¿Por qué? Salgo a la noche, aplacada de números y astros. La primera noche psocialista en los jardines de España.

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