Cartas al director

Genocidio a granel

He leído, no sin asombro, la entrevista que ese periódico le dedicó al señor Todorov, búlgaro y francés y, desde luego, antiespañol.El señor Todorov -estruturalista él- escribe sobre la conquista de América y se asocia con toda naturalidad y alevosía a sus antecesores Tourón, Marmontel, etcétera. Y dice que la leyenda negra fue negra pero no leyenda. Y lo primero que se le ocurre es falsificar la historia. Pues, según el estructurero Todorov, en el año 1500, la población de América era de ochenta millones de indios de los que sólo quedaban diez a mediados de siglo; en México, al parecer -dice-...

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He leído, no sin asombro, la entrevista que ese periódico le dedicó al señor Todorov, búlgaro y francés y, desde luego, antiespañol.El señor Todorov -estruturalista él- escribe sobre la conquista de América y se asocia con toda naturalidad y alevosía a sus antecesores Tourón, Marmontel, etcétera. Y dice que la leyenda negra fue negra pero no leyenda. Y lo primero que se le ocurre es falsificar la historia. Pues, según el estructurero Todorov, en el año 1500, la población de América era de ochenta millones de indios de los que sólo quedaban diez a mediados de siglo; en México, al parecer -dice-, la población pasó de veinticinco millones a uno. Esto está escrito en EL PAIS del 3 de octubre de 1982. Y ahí queda. Ahora bien, ¿de dónde sacó el señor Todorov los ochenta millones? ¿De una lotería demográfica? ¿Y los veinticinco de México? Es posible que el señor Todorov tenga datos que ningún historiador posee, pues los historiadores y los antropólogos aseguran que desde México a la Patagonia no había más de doce millones de indígenas. Total, que los españoles y algunas pestes exterminaron nada menos que setenta millones de indígenas: el más grande genocidio de este planeta y aun de cuantos podamos imaginar y en cualquier siglo. Las Casas afirmaba en uno de sus textos que un solo español mató 2.000 indios en una hora, lo que aproximadamente daría la cifra de 33 finados por minuto. No obstante, esta rapidez mortuoria es un sencillo pasatiempo comparado con la cantidad de gente que mata Todorov./

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