Inicia una visita a España el presidente de Indonesia, primer cliente español en Asia

El presidente Suharto de Indonesia inicia hoy una visita oficial de cuatro días a España, devolución de la realizada por los Reyes a su país en noviembre de 1980, destinada a incrementar las relaciones de toda índole entre las dos naciones y a consolidar los crecientes contactos económicos entre España y su primer cliente asiático.

Suharto y su esposa, Tien, permanecerán en Madrid dos días antes de trasladarse a Granada, ciudad que visitarán durante 48 horas con el fin de conocer los monumentos de la capital que albergó el último reino musulmán en España. Este elemento musulmán puede co...

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El presidente Suharto de Indonesia inicia hoy una visita oficial de cuatro días a España, devolución de la realizada por los Reyes a su país en noviembre de 1980, destinada a incrementar las relaciones de toda índole entre las dos naciones y a consolidar los crecientes contactos económicos entre España y su primer cliente asiático.

Suharto y su esposa, Tien, permanecerán en Madrid dos días antes de trasladarse a Granada, ciudad que visitarán durante 48 horas con el fin de conocer los monumentos de la capital que albergó el último reino musulmán en España. Este elemento musulmán puede constituir un vínculo de unión entre las culturas de los dos países, si se tiene en cuenta que Indonesia es un país con un 85% de población musulmana y en el que el Islam desempeña una considerable influencia.El interés de la visita del presidente indonesio es esencialmente económico y dentro de ese programa, está previsto un detenido recorrido de Suharto por la sede del Instituto Nacional de Industria, donde visitará su exposición permanente, y otras dos visitas a las empresas españolas punteras de la exportación de nuestro país a Indonesia, Construcciones Aeronáuticas, S. A. (CASA) y Centunión, una sociedad de ingeniería que ha realizado ambiciosos proyectos para Indonesia, varios de los cuales se encuentran ya en avanzado período de ejecución.

Comercio floreciente

El comercio hispano-indonesio es el más floreciente de los que nuestro país mantiene con las naciones asiáticas y en estos momentos alcanza un volumen de exportaciones superior en 1981 a los 85 millones de dólares, con una contrapartida de importaciones de cerca de 66 millones de dólares. Exportamos a Indonesia bienes de equipo en un 85%, productos químicos (12%) y bienes de consumo (3%). Nuestras importaciones se componen básicamente de tabaco, madera, estaño y aceites.Sin embargo, el aspecto más importante de nuestras relaciones con Indonesia reside en la contratación de proyectos españoles y en la realización de esos proyectos, de los que ya se encuentran varios en marcha. Las contrataciones españolas en Indonesia han pasado de quince millones de dólares en 1976, a 350 millones en 1981, y parece razonable que se pase de cuatrocientos millones a 450 en los dos próximos años. De ellos destacan el convenio suscrito entre CASA y la empresa estatal indonesia Nurtanio, en virtud del cual se suministraron cuatro aviones C-212, piezas y repuestos para el ensamblaje de otros 55 aviones y se encuentra en fase de entrega un suministro de componentes para veintiocho aviones, por un valor total de cuarenta millones de dólares.

Adicionalmente, se ha creado la empresa mixta Airtex, al 50% de participación entre CASA y Nurtanio, para el desarrollo de un nuevo modelo de avión, el C-235, que estará listo para octubre de 1983.

Por su parte, Centunión-Técnicas Reunidas fue designado en abril de 1981 contratista principal para el suministro de una refinería de cracking catalítico en Dumai, en el norte de Sumatra. El valor total de la refinería está estimado en 1.200 millones de dólares, de los que España suministrará equipos por valor de trescientos millones. Igualmente, hay que destacar la construcción de dos fábricas de cemento y un tren de laminación en frío. Las cifras aportadas dan idea de la magnitud de las relaciones económicas que España mantiene con Indonesia, uno de los países con mayor futuro económico en el mundo, "una especie de Brasil con petróleo", como lo definía no hace mucho un experto internacional. Los datos del Banco Mundial se basan. en las cifras macroeconómicas indonesias, país que ha experimentado en diez años un incremento en su renta per cápita de ochenta dólares a 520 dólares en la actualidad, con un crecimiento medio del 7,5% y una tasa de inflación del 7,3%. en el último año.

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Tras el derrumbe de los mercados de los países latinoamericanos y africanos, el sureste asiático, y principalmente Indonesia, parece uno de los mercados que más debería cuidar el exportador privado español.

Fisuras en el aspecto político

Si en algún frente presenta Indonesia fisuras a medio plazo es en el aspecto político. En efecto, a pesar de la solidez aparente de las instituciones actuales, es evidente que la industrialización y el mayor nivel de los indonesios están dando paso a un cierto malestar político en la población, que se evidenció en las últimas elecciones, donde se registraron disturbios serios con varios muertos en enfrentamientos entre la población y las fuerzas de seguridad. El régimen actual puede calificarse de democracia vigilada y en él, como en el franquismo en España, priva el desarrollismo económico sobre cualquier fase de desarrollo político. El lema del régimen, instaurado por Suharto desde la caída de Sukarno, en 1965, puede resumirse en "desarrollo económico sí, política no".Suharto ha creado un partido del Gobierno, el Golkar, muy parecido en su concepción al Movimiento Nacional, sobre el que gira toda la vida política del país y que ganó las elecciones de mayo pasado con una cómoda mayoría. Le sigue el PPP o partido islámico, donde empieza a registrarse un resurgir de un nacionalismo musulmán, y, por último, el Partido Democrático Indonesio. La Asamblea elegirá un nuevo presidente en marzo del próximo año y nadie duda de que la elección recaerá de nuevo en Suharto. Sin embargo, el propio Suharto declaró recientemente que, si resulta elegido, será el último período que sirva como jefe del Estado y, en opinión de los observadores, la lucha por la sucesión puede provocar un período difícil en Indonesia.

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