Cartas al director

Los enemigos de la salud

¡Enhorabuena! Nada original ni excepcional felicitación para su periódico, esta vez por la publicación de los artículos sobre Los enemigos de la sahíd de los españoles, firmados por Vicente Navarro.Un doble motivo de satisfacción me obliga a dírigirle esta carta. Primero, la aparición en EL PAIS, y en este país,de algún escrito de este exiliado español, reconocido internacionalmente e ignorado -o casi- aquí. Segundo, porque las ideas del profesor Navarro, hechas públicas, animan a cuantos trabajamos en la salud pública en el exilio intelectual interior.

Ciertamente, es reconforta...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

¡Enhorabuena! Nada original ni excepcional felicitación para su periódico, esta vez por la publicación de los artículos sobre Los enemigos de la sahíd de los españoles, firmados por Vicente Navarro.Un doble motivo de satisfacción me obliga a dírigirle esta carta. Primero, la aparición en EL PAIS, y en este país,de algún escrito de este exiliado español, reconocido internacionalmente e ignorado -o casi- aquí. Segundo, porque las ideas del profesor Navarro, hechas públicas, animan a cuantos trabajamos en la salud pública en el exilio intelectual interior.

Ciertamente, es reconfortante comprobar cómo se avalan internacionalmente las tesis de los médicos de sanidad nacional y de los sanitarios españoles, que, una y otra vez, afirman la urgencia de poner en marcha: "una estrategia de promoción de la salud, una es-

Pasa a la página 12

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Viene de la página 11

trategia de fomento de la participación comunitaria, una estrategia de españolización de las técnicas médico-quirúrgicas y de la industria farmacéutica, una estrategia de racionalización y regeneración moral, una estrategia de reconversión del personal sanitario y, por fin, una estrategia legislativa, que desarrolle los principios constitucionales y otorgue plena autonomía a los entes autonómicos, y plena responsabilización en la gestión a los entes locales". (La crisis mundial de la salud, España, Karpos. Madrid, 1982).

Todo lo anterior, un tanto teórico, se ha de aplicar a una realidad, la española, mucho más deficiente que la observada desde la curia americana por el pontífice Navarro. Los problemas españoles son la tuberculosis, que mata todos los años a quinientos compatriotas -la relación mortalidad-morbilidad, es de uno a diez-; las enfermedades mentales, desamparadas por la Seguridad Social; el millón de accidentes de trabajo; los 50.000 fallecidos por cáncer sin una política sanitaria anticancerosa, etcétera. Sí, tiene razón el doctor Navarro en señalar que losmás afectados por esta situación son los más necesitados, léase hoy, los parados. / Profesor Numerario de Medicina Preventina y Social.

Archivado En