Judios y palestinos
Nunca antes de ahora han tenido tanta importancia las palabras del historiador judío francés Maxime Rodinson (Peuple juif ou problème juif?, página 9, Maspero, 1981): "El nacionalismo y la religión (judíos) proclaman nuestro deber de estar con ellos (Israel), y nos acusan de traición y cobardía si no lo hacemos. Muchos que piensan como yo lo aguantan apretando los dientes de rabia, pero callan por numerosas razones. Así pues, yo, y al-Pasa a la página 12
Viene de la página 11
gún otro caso aislado, me convierto en su portavoz".
En momentos como éstos, ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Nunca antes de ahora han tenido tanta importancia las palabras del historiador judío francés Maxime Rodinson (Peuple juif ou problème juif?, página 9, Maspero, 1981): "El nacionalismo y la religión (judíos) proclaman nuestro deber de estar con ellos (Israel), y nos acusan de traición y cobardía si no lo hacemos. Muchos que piensan como yo lo aguantan apretando los dientes de rabia, pero callan por numerosas razones. Así pues, yo, y al-Pasa a la página 12
Viene de la página 11
gún otro caso aislado, me convierto en su portavoz".
En momentos como éstos, creo que es cuando más hay que unirse a estas palabras, no callarse, y denunciar públicamente que actuaciones como la de Israel en Líbano no tienen el apoyo de los judíos del mundo entero. Las recientes matanzas de palestinos en sus campos de refugiados sólo nos pueden recordar las mismas de judíos en tiempos de Hitler. Así pues, nada más que desprecio pueden causar sus apelaciones al holocausto, que, viniendo de boca de Beguin, Sharon y compañía, sólo mancillan la memoria de aquellos que fueron asesinados con la misma impunidad que ahora lo están siendo los palestinos. Es hora ya de que sepan que los únicos que están provocando actitudes antísemitas en todas partes son ellos mismos, incapaces de comportarse como seres humanos, y no, como dicen Beguin y Sharon, los judíos que están contra ellos. Que sepan, de una vez por todas, que no tienen el apoyo de todos los judíos, ni muchísimo menos./