La banca invirtió 300.000 millones de pesetas menos de lo que recibió en la primera mitad del año

Las inversiones bancarias han aumentado durante el primer semestre de este año casi 300.000 millones de pesetas menos que los recursos ajenos y propios captados. El espacio dejado por la desaceleración en la pujante actividad crediticia de los 28 bancos extranjeros, acentuada en julio por el aumento del coste del dinero que reciben de sus colegas, no ha sido cubierta directamente por los españoles, ocupados cada vez más en financiar el déficit público. Un síntoma de la falta de atractivo por las demandas de las empresas es el fuerte descenso del descuento de letras: más de 100.000 millones....

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Las inversiones bancarias han aumentado durante el primer semestre de este año casi 300.000 millones de pesetas menos que los recursos ajenos y propios captados. El espacio dejado por la desaceleración en la pujante actividad crediticia de los 28 bancos extranjeros, acentuada en julio por el aumento del coste del dinero que reciben de sus colegas, no ha sido cubierta directamente por los españoles, ocupados cada vez más en financiar el déficit público. Un síntoma de la falta de atractivo por las demandas de las empresas es el fuerte descenso del descuento de letras: más de 100.000 millones.

Los recursos del sector aumentaron en los seis primeros meses 890.990 millones de pesetas, un 8,45% sobre los 10,5 billones de pesetas con que comenzó el año, según datos del Consejo Superior Bancario.En cambio, las inversiones crecieron 605.197 millones, un 6,21% sobre los 9,74 billones de partida. Durante todo 1981, el desfase no llegó a la mitad: 141.000 millones de pesetas, después de un crecimiento anual estabilizado en ambos casos por encima del 17,5%.

La variación más importante en lo que va de ejercicio es el fuerte descenso de la cartera de efectos, que al terminar junio se cifraba en 109.286 millones y su ponía un 3% de los 3,7 billones contabilizados en diciembre.

Para los medios consultados, estas cifras van más allá de los restos de la habitual hinchazón de balances a finales de año, cuando los bancos descuentan letras a cambio de que los clientes depositen el dinero así obtenido.

Atribuyen el fenómeno por el contrario, a la menor afluencia de clientes, al cambio en las indicaciones de último tenedor y, lo que quizá esté en primer lugar, al, desinterés de algunas entidades por el descuento de efectos tras la limitación introducida hace año y medio en las comisiones, orientada a dotar de mayor transparencia el coste del dinero.

Resulta gráfico al respecto que, sólo en diciembre del año pasado, las carteras de efectos crecieron 141.222 millones de pesetas, lo que impidió que el ejercicio arrojara números rojos, arropado por un aumento de 63.527 millones.

Otro fenómeno de interés ofrecido por los últimos balances procede del capítulo de créditos, que absorbe más de la mitad de las inversiones totales.

Créditos de la banca extranjera

El crecimiento del primer semestre ha sido aquí, para el total de la banca, del 14,44% sobre los 4,58 billones de pesetas de saldo 1981, cuando creció un 35,84%.Pero lo más novedoso es que los créditos concedidos por los 28 bancos extranjeros vuelven a crecer por debajo del resto, después de la fuerte expansión de sus primeros años de establecimiento.

Si en 1981 casi se duplicaba la cartera crediticia de los extranjeros, al crecer en 275.642 millones de pesetas, de enero a finales de junio ha aumentado sólo en 61.030 millones de pesetas, la décima parte de todo el incremento de la banca, lo que le depara un 10,3 8%, frente al 11,4% del resto.

Sin embargo, debido a que las carteras de efectos y títulos de la banca extranjera son irrelevantes, el descenso en el descuento por parte de la banca española le ha deparado un 8,50% de incremento en la suma de los tres conceptos de inversión crediticia, frente al 6,21% de todo el sector.

Para toda la banca, la cartera de títulos ha aumentado en el primer semestre un 3,6%, hasta alcanzar los 1,5 billones de pesetas. Queda muy por debajo, por tanto, del 14,33% registrado el año pasado.

En cuanto a la favorable evolución de los recursos, procede, incluso en términos relativos, más de los ajenos (8,65 de aumento) que de los propios (6,15%).

Dentro de los primeros, su captación a través de bonos ha sido más expansiva en el primer semestre (12,91%), hasta el punto de que los 50.242 millones de los mismos ha superado ligeramente a su equivalente durante todo el año pasado, gracias en su mayor parte a la creciente competencia que hacen a los bancos industriales los comerciales (éstos ha elevado su saldo de bonos un 139,3%). El crecimiento de los depósitos bancarios ha sido un 8,47% (en términos absolutos, 788.714 millones de pesetas).

'Boom' de divisas y bonos

Fenómeno similar al de los bonos se ha detectado en la captación de depósitos en moneda extranjera: los 274.877 millones de incremento del primer semestre, que explican la tercera parte del incremento total, alcanzan prácticamente a los de todo el año pasado.Los incentivos en este caso proceden de que estos depósitos no computan a efectos de coeficientes, así como en la necesidad que tienen los grandes de presentar ciertos niveles para comprar bancos extranjeros.

Son precisamente los trece bancos nacionales, entre ellos los siete grandes, quienes captan mayores depósitos en divisas: de 235.000 millones en todo 1981 han pasado a 240.507 entre enero y junio.

Por lo demás, los datos sobre depósitos en el primer semestre, puestos en relación con todo el año pasado, parecen indicar que se ha acentuado la tendencia a la sustitución de dinero a la vista y de ahorro por dinero a plazo.

Mientras los saldos bancarios a la vista han descendido en lo que va de año el 1,05%, (28.103 millones de pesetas), los de ahorro sólo se han engrosado un 0,30%, mientras que los de plazo han alcanzado el 12,34% (en términos absolutos, 537.410 millones de pesetas).

En el cuadro adjunto pueden verse las variaciones de cada uno de los siete grandes bancos, así como de los diversos grupos, en la cuota de recursos ajenos, donde destaca el esfuerzo que ha valido al Banco Central el desplazar del primer puesto a Banesto.

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