44 niños, carbonizados en el mas trágico accidente de carretera registrado en Francia

El balance, aún no definitivo, del más trágico accidente de carretera ocurrido en Francia era ayer por la noche de 54 muertos y treinta heridos. Cuarenta y cuatro de las víctimas eran niños de seis a quince años que viajaban en dos autobuses hacia una colonia de vacaciones. La opinión pública francesa solicita una política de prevención del Gobierno contra este "genocidio de la carretera", que ocasiona en Francia 12.000 muertos y más de 350.000 heridos anuales.

En la madrugada de ayer, sobre la autopista del Sur, en dirección a París, a seis kilómetros de la población de Beaune, en la r...

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El balance, aún no definitivo, del más trágico accidente de carretera ocurrido en Francia era ayer por la noche de 54 muertos y treinta heridos. Cuarenta y cuatro de las víctimas eran niños de seis a quince años que viajaban en dos autobuses hacia una colonia de vacaciones. La opinión pública francesa solicita una política de prevención del Gobierno contra este "genocidio de la carretera", que ocasiona en Francia 12.000 muertos y más de 350.000 heridos anuales.

En la madrugada de ayer, sobre la autopista del Sur, en dirección a París, a seis kilómetros de la población de Beaune, en la región de Borgoña,. la colisión entre dos autocares que transportaban a 121 niños hacia una colonia de vacaciones produjo el incendio fatal, que se extendió a otros seis coches particulares. El autocar delantero se vio obligaddo a frenar repentinamente, y el que circulaba en segundo lugar chocó contra él. Entre los dos autobuses transitaban dos coches, que quedaron práctica mente pulverizados, explosionando ambos al mismo tiempo. Así se originó el incendio que fue la causa del terrible siniestro.

Salida bloqueada

Los niños del autobús delantero pudieron salir apresuradamente, pero no los del segundo, cuya salida de urgencia quedó bloqueada por el chasis de un automóvil que, con sus ocupantes, se carbonizó también.

Todos los componentes de algunas familias. que circulaban en sus coches perecieron. Aún no se. ha establecido la causa del accidente, pero según las -declaraciones de testigos presenciales que lograron sobrevivir, se sospecha que los conductores de los dos autocares jugaban a ver quién corría más. Dicen esos testigos que la velocidad de sus vehículos debía superar los 120 kilómetros por hora, cuando el reglamento establece el límite de noventa.

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Este suceso brutal remató trágicamente los accidentes múltiples que se contabilizaron en las autopistas francesas desde las primeras horas del viernes pasado, cuando comenzó el éxodo del mes de agosto, Nunca las carreteras de este país habían registrado una matanza semejante, y, para la opinión pública gala, este luctuoso suceso ha sonado como una alerta inquietante.

Tres ministros, encabezados por el de Transporte, Charles Fitterman, se personaron inmediatamente en el lugar del siniestro. El presidente de la República, François Mitterrand, y el primer ministro, Pierre Mauroy manifestaron públicamente su dolor. El jefe del Gobierno hizo un llamamiento. a la prudencia Todos los comentaristas franceses planteaban ayer la necesidad de resolver el problema del exceso de velocidad y el de la responsabilidad de los automovilistas. Algún diario, sensible a la Administración socialista francesa, abordaba el fondo de la cuestión como "un problema político", exigiendo del Gobierno que deje .de confiar tanto "en la persuasión y opere por medio de la única medida eficaz: la firmeza".

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