Continúan sin ser controlados varios de los incendios de la provincia de Barcelona

El incendio declarado en Begas, el pasado lunes, continuaba sin ser controlado a última hora de la tarde de ayer sin que se vieran posibilidades reales de atajarlo. Asimismo había rebrotado el incendio de Jorba, localidad cercana a Igualada, a unos 60 kilómetros de Barcelona en la carretera nacional II, y dos nuevos incendios, en Puigreig a unos 100 kilómetros al norte de Barcelona, y en la localidad gerundense de Hostalrich-Massanas, preocupaban seriamente a los servicios de extinción. Era particularmente inquietante el segundo de ellos que se originó a última hora de la tarde de ayer. Las fu...

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El incendio declarado en Begas, el pasado lunes, continuaba sin ser controlado a última hora de la tarde de ayer sin que se vieran posibilidades reales de atajarlo. Asimismo había rebrotado el incendio de Jorba, localidad cercana a Igualada, a unos 60 kilómetros de Barcelona en la carretera nacional II, y dos nuevos incendios, en Puigreig a unos 100 kilómetros al norte de Barcelona, y en la localidad gerundense de Hostalrich-Massanas, preocupaban seriamente a los servicios de extinción. Era particularmente inquietante el segundo de ellos que se originó a última hora de la tarde de ayer. Las fuegos de San Feliú de Codinas y el de la zona de Tarrasa estaban ya en fase de extinción tras haber sido controlados.Un subteniente del Ejército se encuentra muy grave, con una intoxicación general que le afecta al cerebro, tras sufrir una lipotimia e inhalar gran cantidad de humo mientras colaboraba en las tareas de extinción.

El incendio declarado el pasado lunes en el macizo de Garraf, entre Castelldefels y Begas, a unos 20 kilómetros al sur de Barcelona mantenía parte de su virulencia a última hora de la tarde de ayer y el viento lo extendía hacía las zonas limítrofes, concretamente hacia la localidad de Argensola. El fuego ha devastado un número indefinido de chalets del área de Castelldefels, se habla de unos 50, sin que los bomberos hayan confirmado la cifra, si bien anteayer ya se reconocía oficialmente la destrucción de 30. Ni los bomberos ni ninguna otra institución se atreve a hacer una evaluación precisa de las hectáreas devastadas, pero algunas fuentes dan la cifra de 6.000, de las que casi la mitad corresponderían al incendio del macizo de Garraf.Ayer cambió la dirección del aire, que hasta ahora venía soplando con intermitencia en dirección sur-norte, con lo que Barcelona ciudad dejó de estar cubierta de una nube de polvo y ceniza que descendía, suave pero constantemente, sobre la ciudad.

El incendio de Jorba, cerca de Igualada, pasó ayer a ser preocupante, tras rebrotar en las últimas horas de la tarde del pasado martes y ante las serias dificultades de sofocarlo que se han presentado, pese a la ayuda prestada por los cuerpos de bomberos de provincias limítrofes hasta Zaragoza.

En la zona hay una abundante cantidad de casitas de verano y masías (casas rurales catalanas) que estaban siendo en parte desalojadas. La preocupación fun damental de este incendio derivaba del fuerte viento que sopla en la zona, que extendía las llamas a gran velocidad.

En Santa María de Marlés, a unos 100 kilómetros al norte de Barcelona, en dirección a la comarca del Bergadá, se había desatado un nuevo incendio que los servicios de extinción calificaron de "alarmante". Se trata de una zona boscosa con abundancia de pino, si bien no excesivamente poblada.

Mientras tanto habían sido controlados la mayoría de los restantes incendios, especial mente los de San Feliú de Codinas y Rubí-Tarrasa. El primero ha devastado una extensa zona de bosque y algún chalet, el segundo, del que todavía quedaban ayer rescoldos por apagar, se encontraba muy próximo a la aglomeración urbana de Tarrasa y a la zona industrial de Rubí. Entre ambas ciudades hay una abundante cantidad de torres para veraneantes. Se halla a unos 30 kilómetros de Barcelona, en dirección oeste. Lo que ha quedado claro, al margen de que se sigue especulando con la posibilidad de que muchos incendios hayan sido provocados, es que los servicios de extinción de incendios son insuficientes y que los servicios de prevención civil no tienen la coordinación adecuada para estos casos.

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En Castelldefels, la noche en que el incendio tenía mayor virulencia, no se disponía de información fidedigna en el ayuntamiento. De todo ello parece haber tomado buena nota el Gobierno de la Generalidad, que se mostraba ayer muy preocupado.

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