James Brady, otra vez hospitalizado
James Brady, secretario de Prensa de la Casa Blanca, gravemente herido en el atentado contra el presidente Ronald Reagan, en marzo de 1981, volvió a ingresar ayer en el hospital.
Un portavoz del centro hospitalario donde Brady permaneció durante ocho meses, tras el atentado, dijo que el paciente se encuentra en estado satisfactorio y recibe un tratamiento por un coágulo de sangre que se le ha formado en su pierna izquierda.
Desde su salida del hospital, en noviembre pasado, Brady reingresó en en otras dos ocasiones.
El secretario de Prensa, que sufrió las heridas más g...
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James Brady, secretario de Prensa de la Casa Blanca, gravemente herido en el atentado contra el presidente Ronald Reagan, en marzo de 1981, volvió a ingresar ayer en el hospital.
Un portavoz del centro hospitalario donde Brady permaneció durante ocho meses, tras el atentado, dijo que el paciente se encuentra en estado satisfactorio y recibe un tratamiento por un coágulo de sangre que se le ha formado en su pierna izquierda.
Desde su salida del hospital, en noviembre pasado, Brady reingresó en en otras dos ocasiones.
El secretario de Prensa, que sufrió las heridas más graves en el atentado, en el que también resultaron heridos Reagan, un policía y un agente del servicio secreto, ha quedado semiparalítico a causa de los graves daños en el cerebro que le ocasionó la bala explosiva disparada por John Hinckley.
El agresor ha sido declarado inocente, por demencia, la semana pasada, tras un proceso de ocho semanas, y en una entrevista que ayer publicó The Washington Post Hinckley se lamentó de las heridas producidas a Brady.
"Brady", dijo, "estaba en el sitio equivocado en un momento equivocado ( ... ) Ojalá pudiera dar marcha atrás en el tiempo, antes de hacer los disparos (...) para que Brady se hallase dos pulgadas más allá de la línea de tiro".
El secretario de Prensa y los dos agentes heridos en el atentado han interpuesto querella de unos 750 millones de pesetas por daños y perjuicios contra Hinckley, que se encuentra internado en un hospital psiquiátrico de la capital norteamericana.